Hay sentimientos que deben trascender de forma inevitable cualquier circunstancia. Son el reflejo de estos, lo que va a definir la calidad humana. Porque cuando todo pasa y casi nada queda, lo único que importa es lo que trasciende.
Un gesto de humanidad es vasto para mostrar la inmensidad que lo precede, espejo limpio de un corazón latiente, de un alma que aún noble resiste el mundo que la oprime.
No abandonemos la sensibilidad que nos define como seres humanos, es ella la distinción de toda la creación... La magia que nos hará al fin trascender.
Para estos días de conflicto y choques, hay que recordar que lo importante es lo esencial. La semilla humana es noble, es natural. Hay que hacer que fluya y al fin transcienda a la realidad que somos.