Muchas gracias a todas por, a lo largo de la historia, haber "aguantado carros y carretas" sumisas y calladas enseñándonos a manejar ejércitos, pueblos y países desde el anonimato.
Ha llegado el momento de que aprendamos a valoraros como os merecéis y dejemos de trataros como inferiores, comencemos por reeducar a la sociedad para que esa absurda idea se desvanezca.
Un abrazo fuerte, ¡a ti y a todas vosotras!