Desde que soy muy joven me han gustado esas frases que dicen personajes de la historia a manera de inspiración y que tienden a quedar en nuestras mentes como una instrucción diaria en nuestro actuar. Una por ejemplo, muy buena además, la dijo Steve Jobs quien aclamaba "Si tú no trabajas por tus sueños, alguien te contratará para que trabajes por los suyos"... Wow. Una frase que te puede marcar toda tu vida ¿no? no solo por el hecho que te queda dando vueltas en la cabeza incluso hasta en el momento de tomar una decisión, sino también porque tiene la capacidad de moldear todas tus acciones y hasta tu misma personalidad creando una nueva ruta de vida. Por lo que dichas frases tienen un significado bastante profundo en nuestra conciencia, claro, siempre unas tienen mayor impacto que otras. Este hecho me ha llevado a pensar más detenidamente acerca de qué pasa en realidad en nosotros. Llegue a considerar que quizás, la persona quien dijo la frase tiene un peso bastante considerable en el impacto moral, pensar que una persona tan famosa o que haya logrado tantas hazañas y metas haya dicho esas palabras pueden significar que ha tenido una experiencia de vida única, experiencia que se transmite en esa frase casi como si grabara en cada uno de nosotros un recuerdo, una historia. A lo largo de las generaciones, las historias de personas o sucesos importantes han significado un antes y un después en nuestras acciones, es decir, efectivamente traspasan esa función de guardar los momentos y se colan como moralejas personales para cada uno. Entonces, estas micro historias, estas vivencias de grandes hombres y mujeres retratadas en pequeñas frases célebres quizás sean el impulso de lo que motiva a hacer diferentes una vez que conocemos de ellas. Sin embargo, no pareciera ser suficiente. Si se hace un análisis más literal, más semántico de las frases, podemos notar que tienen una cierta armonía casi que mística, un balance entre fuerza y sutileza que nos hace palpar la frase como algo poético, algo artístico. Tan así que al momento de leerlas, te sientes como alguien famoso o hasta como si adoptaras la historia de vida tras la frase, por lo que te sientes acreedor de todo su significado y de esta manera a partir de su interpretación haces eco de ello en tu propia vida.
De todas las frases que he leído o escuchado en mi vida, hay una en particular, muy común y muy tradicional, ya sea en grupos de apoyo o usada y reciclada en miles de post e imágenes motivacionales. Dicha frase, siempre ha sufrido por el pecado de juzgarla con cierta ligereza, quizás también por el desgaste que tanto se le ha dado. "Vive como si fuera el último día" si, yo también siento la somnolencia instantánea luego de oírla, como si se trátese de un sermón o regaño de nuestra madre. Algunos otros, se resaltan de inmediato y vuelven esa frase la brújula de sus decisiones, claro, solo por unos días hasta que la vida los noquea lo suficientemente fuerte para así olvidarla. Sin embargo (claro que te esperabas este sin embargo) la cosa es más profunda de lo que parece. Por un momento, digamos que la frase es cierta, cierta para cada uno, cierta para ti, para mí, para todas las personas en el mundo. Imagina, mientras lees estas palabras, que una sensación infinitamente real se adueña de tu cabeza y te dice "si, ya es hora de morir", pero no lo veas tan efímero por favor, imagina por un momento que esta sensación te invade justo antes de dormir, y que cerrar los ojos para descansar, solo significa no volverlos abrir, no volver a ver todo lo que te rodea, no ver más a tu familia, a tus hijos, a tu mama, a tu papa, cerrar los ojos y no volver a levantarte. Piensa en lo que harías a la mañana siguiente, en despertar y prepararte para tu jornada, para tu trabajo o día de clases, ahora imagina que nada de esto lo vas a poder hacer. Piensa en cada paso, en cada habito durante tu día, en tus amigos, en las conversaciones, lo que compartes con la gente, piensa en el autobús y la gente que todos los días te acompaña en el trayecto a tu destino de siempre, piensa en los demás autos que te rodean y simplemente imagina que nada de esto va a existir al día siguiente. Ahora, imagina por un momento que eres capaz de verte fuera de tu cuerpo sin vida y todo lo que ocurrirá a continuación, ver como tu familia se da cuenta de que ya no estas, todo el mundo llamando para dar la terrible noticia de que te has ido, imagina a todas y cada una de las personas que querrían despedirse de ti, imagina sus rostros, sus lágrimas, y como repiten sin cesar cuanto te extrañaran. Mientras sigues pensando en esa sensación de muerte que te invade, imagina ahora todo lo que se iría contigo, todos tus sueños, todo lo que alguna vez pensaste y no dijiste, tus proyectos pendientes, esos lugares que prometiste visitar pero que sin tener el dinero no lo cumpliste, imagina como esas ganas tan grandes de crecer y formar una familia desaparecen. Piensa por un momento todo lo que dejaste sin terminar y no poderlo terminar nunca. Detente, respira hondo y ahora imagina que todo lo que te dije es real, deja que ese miedo te invada de pies a cabeza y te acelere el corazón, siente esa desesperación de no poder hacer nada, piensa de nuevo en tu familia, a quienes dejaras solos, en todo lo que quisiste hacer y ya no podrás porque realmente estas a punto de morir.
La frase anterior, nunca nos invito a vivir la vida al máximo o disfrutar de todos los placeres terrenales o simplemente creer que deberíamos ver las cosas con más paciencia para evitar cualquier problema que luego no podamos solventar. Esta frase, creada, pienso yo, por el subconsciente colectivo de la humanidad, está hecha para recordarnos cada segundo que la vida es un abrir y cerrar de ojos y que la muerte, si esa cosa horrible a la que tanto le tenemos miedo, siempre llega, no importa donde estés, no importa lo que hagas, siempre llega, así tenga que caer una turbina de avión encima de la habitación de alguien para que lo entiendas. La muerte tiene un significado muy diferente del que creemos, puesto es solo parte de ecuación, pero de ella hablaremos luego. La certeza de no saber cuándo llegara ese momento es lo que manifiesta esta frase y es a partir de esta certeza que la vida tiene un significado, no el que vivamos con el miedo de que en algún momento moriremos, sino con el significado de que debemos realmente vivir, pero vivir con sentido, vivir para que cada noche cuando nos invada el pensamiento de que ya es la hora, podamos cerrar los ojos con la tranquilidad de que vivimos por una buena razón.
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