Hace varios años leí a Carlos Fuentes: "La Muerte de Artemio Cruz", y desde la agonía de la muerte, utiliza este recurso magnífico, donde le da un poder absoluto al lenguaje, a la palabra, a la memoria, y para dejar en alto su nombre, utiliza un desbordamiento de metáforas llenas de total enriquecimiento de un vocabulario cargado de historias y recuerdos.
Les hago una pregunta: ¿hasta dónde llega el delirio de un hombre en el borde de la muerte?
Podemos percibir al ser intentando quedarse en la mente de todos a través de sus recuerdos y vivencias, que pone en funcionamiento la máquina del pensamiento, de la memoria, para intentar así detener el momento de su muerte; y ¿de qué otra cosa puede valerse el que está postrado en una cama esperando la muerte?
El delirio es un medio o recurso de salida cuando ya no hay tiempo para hacer u obrar, es el momento propicio para idealizar y consolar el orgullo, la soberbia, el sueño de todo hombre: vivir para siempre en el recuerdo; el delirio es la idea de cómo la irrealidad se apodera del hombre que delira y la cual pretende manejar y modificar la realidad.
Al final, casi todo en la vida es percepción y enfoque; y el delirio que se tiene en la muerte puede no ser más que eso. Depende del enfoque que haya habido de la muerte y de las circunstancias que hayan marcado la vida.
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