Mi Mente, Mi Ciudad de Fuego

in #cervantes7 years ago

Ilustración de mí autoría




En un inicio todo fue como una ciudad de cristal, ahora era una ciudad de fuego. Fuego que me consumía, fuego que me ahogaba, fuego que me desesperaba. El cielo seguía siendo azul, pero todo a mi alrededor era rojo y naranja, los colores del fuego que me rodeaba. No sabía donde nacía, no sabía donde comenzaba, pero si sabía lo que buscaba.

Buscaba una vida, buscaba una pasión, buscaba una historia que en realidad nunca existió. En mi vida todo era una mentira, mi nombre es una mentira, mi edad es una mentira, mis pensamientos son falsos; la esencia de mi existencia es falsa. La mayoría del tiempo me sentía en una película de fantasía, y si reflexiono un poco, vivo en una película de fantasía. No se que quiere lograr de mi el fuego que está a mi alrededor, no puede obtener mucho; nadie puede esperar demasiado, porque no puedo dar nada.

Nadie puede esperar que empiece a ser honesta, no puedo serlo. Nadie puede esperar que sea verdadera, porque no lo soy; nunca he tenido ningún motivo para ser honesta, siempre he llevado una vida de mentira; yo no espero nada de mi, y todos deberían hacer lo mismo. Allí es cuando sabes que has fracasado como ser humano, cuando ya no esperas nada porque no tienes absolutamente nada que esperar, cuando te quedas sin emociones, cuando tienes que poner a trabajar tu imaginación para llevar a cabo una conversación, cuando debes ser un nómada porque todos tienen una versión distinta de ti.

Me encuentro en un punto donde mi pasado y mi futuro se unen, dejando a un lado el presente. Siempre supe que mi pasado iba a influir en mi futuro, pero nunca llegué a pensar que influiría a tal nivel que convertiría todo mi mundo en fuego y cenizas. Eso tengo que arrastrar yo por el resto de mi vida, al fin y al cabo es algo que vengo cultivando desde el principio de mis dias; todo empezó alardeando de cosas que no tenía, luego fue avanzando por cosas sencillas como un amor que quería; cuando me hice un poco mayor, mentía acerca de donde trabajaba, lo que estudiaba. Más adelante fue con quien estaba casada. Todo empezó por cosas pequeñas y fue evolucionando hasta ser una gran montaña.

En cierta parte no me critico, al principio no mentí solo porque quise hacerlo, al principio era para escapar de mi realidad, para crear un mundo paralelo donde pudiera disfrutar; un mundo en el cual pudiera ser tal cual soy, un mundo donde pudiera reflejar mi verdadera esencia, un mundo donde simplemente podía ser feliz; pero se confundieron las razones, no fuí capaz de separar ambas cosas y mi mundo de verdad terminó fusionandose con el de mentira.

Y es que la felicidad no viene embotellada, la felicidad no viene a base de mentiras, ahora lo comprendo. Ahora cuando me ahogo en un fuego de desesperación, un fuego que es un gran infierno, es que comprendo que la felicidad no es fácil conseguirla, que no se vende en tiendas. Ahora comprendo que la verdadera felicidad radica en aceptar lo que tienes y no alardear de lo que no existe, la verdadera felicidad no es crear un mundo paralelo, la verdadera felicidad es simple y llanamente un reflejo de tu identidad.

Puedo decir con toda seguridad, que no soy una persona feliz, aunque a simple vista lo parezca.

Esa ciudad era mi mente, mi mente me estaba ahogando. Yo me estaba ahogando en mí misma; era algo que solamente yo había creado en un intento fallido de ser feliz, en un intento fallido de escapar de mi verdadera vida.

Ahora solo me quedaba esperar que algún día ese fuego empezara a extinguirse y me dejara libre; y cuando eso pasara, solamente aceptaría las cosas tal como son y no intentaría cambiarlas.

Gracias por regalarme tu tiempo y leer mis historias


Texto e ilustración original @ori.bvcbooks

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Que buena historia!