Hace unas semanas atrás tuve el privilegio de asistir a la jornada inaugural del 43o. Festival Otilio Galindez. Encuentro Nacional Música Coral Navideña que organiza la Fundación Vinicio Adames.
Participaron varios coros de los cuales quedé muy bien impresionada, pero los que realmente conmovieron mi alma fueron los coralistas de la Coral de la Sociedad Venezolana de Ciegos.
Foto propia
Este maravilloso trabajo coral dirigido por el Profesor Raúl Delgado Marín, músico venezolano que ha demostrado una gran sensibilidad y grandeza de espíritu, me sorprendió no sólo por el hecho de que sus integrantes son invidentes, que ya es bastantes, si no por su disciplina, calidad vocal, afinación y trabajo coral que no tiene nada que envidiarle a los coros vocacionales de alta factura venezolanos.
Entonces esto me hace pensar en dos postulados: los límites están en nuestras cabezas, podemos lograr lo que nos proponemos y la música definitivamente es una actividad que saca lo mejor de cada persona, sobre todo cuando se hace en común.
Lo que este grupo coral hace es ejemplo de trabajo, constancia, tesón, amor y voluntad y por lo tanto, dignos de admiración.
Maravillosos cantantes y como tu dices el límite esta en nuestras cabezas.. Buen post..
Muchas gracias por tu comentario. Te sigo
Bellísimo!
Son admirables de verdad. Gracias