Te estoy extrañando demasiado. El verte me dejó con esa sensación loca que no puedo evitar. Se que tu quieres lo mismo, porque estamos conectados desde siempre; a pesar de estas largas vacaciones que nos dimos. En serio, es algo extraño, pero me muero por verte nuevamente, conversar mucho y abrazarte. Deseo profusamente que eso sea posible, porque quiero mimarte y apapacharte, porque no lo hice la suficiente y me disculpo por eso. Te juro que me esforzare más la próxima vez, lo prometo. Pero necesito y quiero hacerlo aunque sea por un rato; algo así como por el resto de nuestras vidas. El día que vengas, iremos a un lugar tranquilo, y sólo quiero que ese día tenga por lo menos 30 horas.
Este poema estaba escondido en los fragmentos de algunos mensaje de textos que alguna vez recibí.