Se acercaron hasta donde antes jamás lo habían hecho, con miedo pero con deseo, sus energías vitales se tocaron mucho antes de que sus cuerpos físicos lo hicieran, y ya en ese momento una parte de cada uno de ellos se intercambió con el otro como si de fluidos invisibles se tratase.
Sus cuerpos entraron en contacto, para entonces sus energías ya se habían conocido y penetrado tan profundamente como jamás un cuerpo físico podría penetrar ninguna cosa, suave, silenciosa, en armonía con todo lo que los rodeaba.
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Para cuando comenzaron sus primeros intercambios de fluidos ya se había producido un orgasmo a una escala diferente, superior, fuera de toda lógica visual.
Pronto sus cuerpos entraron en erección, la excitación ya se había vuelto descontrolada, ya no había marcha atrás posible, todo fluía como se esperaba; sudoración, movimientos repetitivos y sugerentes, gemidos, gritos, cambios de roles, tirones de pelo…
Pero toda aquella actividad aún guardaba una última sorpresa, una más grande que todo aquello, por un dulce instante la unión entre sus cuerpos físicos y sus energías vitales desembocaría en una enorme explosión de placer, desde el interior de sus cuerpos fluyó un manantial de poder sin precedentes, chorros eyaculadores procedentes de sus energías internas eran expulsados de forma física impregnándolo todo para siempre.
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Que fluidez en el lenguaje, para nada vulgar y muy hermoso. @simonmaz
Muchas gracias @sacra97 me alegro que te haya gustado, te agradezco el comentario