La naturaleza es esa gran olvidada por el humano. La que tiene que soportar el peso del mundo y la que, cuando se rebele, nos dará esa lección de humanidad que necesitamos. Porque hasta las flores más olvidadas, la que algunos tienen por fea, la que sirve para dar nombre a las personas poco agraciadas.
Hasta de esas flores las abejas liban para seguir repartiendo vida. Para seguir fecundando. Para continuar dándonos un poco más de aliento.