En tus caderas me perdí,
Con tus mejillas sonrojadas,
Y tus manos sobre mí,
Aferrándose a un imposible.
Y unos pocos días,
Duro el idilio,
De nuestros cuerpos,
Saciándose,
Amándose.
Y no te olvido,
Tu sabor,
Tu olor,
Tu cabello entre mis dedos,
Tus ojos sobre mi.
Una fugaz pasión,
Un sentimiento mutuo,
Que llegó a su cause,
Que de alguna manera,
Terminó sin acabarse.
En mis sueños,
Tus muslos reviven mis ganas,
Tus senos me extasían,
Tus labios me besan…
Una y otra vez.
No te he superado,
Y tu nombre en ocasiones,
Me susurra al oído,
Me aturde y me libera,
Y me pierdo en tu recuerdo.
Pero solo bastó una vida,
Para separarnos,
Para tomar caminos diferentes,
Destinos solitarios.