Firmeza en sus convicciones. STEEMIT
La historia del padre Adrew Fisher, la cual la encontramos por la web, me llama mucho la atención. Fue un cura que vivió en los tiempos de la Inquisición. Y leyendo a escondidas seguramente la Santa Biblia, descubrió la verdad del sábado. No pudo evitar encontrarse de frente con una verdad que más tarde le costaría la muerte. Comprobó Biblia en mano, que el día sábado era el verdadero día de reposo y no el domingo como lo imponía la iglesia a la cual pertenecía. Argumentó ante sus superiores con evidente seguridad que ese día fue instituido por el mismo Dios en el momento de la Creación antes del sistema de sacrificios dados a su pueblo. Y se aferró al texto bíblico que dice “No penséis que he venido para abrogar la ley o los profetas; no he venido para abrogar, sino para cumplir.
Porque de cierto os digo que hasta que pasen el cielo y la tierra, ni una jota ni una tilde pasará de la ley, hasta que todo se haya cumplido” Mat.5:17,18 y se mantuvo firme e inamovible en su creencia
Pero este valiente cura fue más allá. Con el texto de Santiago 2:10. “Porque cualquiera que guardare toda la ley, pero ofendiere en un punto, se hace culpable de todos”,
demostró de manera clara y precisa que los discípulos no cambiaron el mandamiento del sábado. Y se atrevió a acusar a su propia Iglesia como origen de la apostasía y aseguró que el domingo como día de adoración fue un invento del papado en cumplimiento de la profecía de Daniel donde dice que tratará de “cambiar los tiempos y la ley” Dan.7:25. ¿Cómo les parece?
Con toda razón Dios dice en su Palabra que cuando venga el ESPÍRITU SANTO nos convencerá de pecado y abrirá nuestra mente para poder reconocer las verdades exactas expuestas por ÉL. Está´comprobado, que cuando un hombre decide meditar en esas verdades, tenga el estatus social, económico, político o religioso que sea y deja que el ESPÍRITU lo guie, va a transformar su vida, aunque lo lleve a una muerte segura. Y eso fue lo que sucedió con el padre Andrew Fisher, no dudó más acerca de este tema, fue fiel a la palabra sagrada y predicó con decisión de lo que acababa de descubrir. Hizo honor al siguiente pensamiento. “La mayor necesidad del mundo es la de hombres que no se vendan ni se compren; hombres que sean sinceros y honrados en lo más íntimo de sus almas; hombres que no teman dar al pecado el nombre que le corresponde; hombres cuya conciencia sea tan leal al deber como la brújula al polo; hombres que se mantengan de parte de la justicia aunque se desplomen los cielos” LIBRO. La Educación. Págs. 53, 54. Elena de White.
Finalmente sucedió lo que tenía que suceder. El padre Fisher colgó los hábitos de cura, se retiró de la iglesia y se casó con una mujer que compartía sus creencias y se mantuvieron firmes en sus convicciones. Tomó muy en serio el texto bíblico donde Dios dice “Compra la verdad y no la vendas”. Por ello, aún cuando “se desplomaron los cielos sobre ellos” nunca se doblegaron. En 1529, el ex padre y su esposa, fueron ejecutados. (La imagen fue tomada de página web gratis)
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