Toda chica tiene un pasado, de pronto no tan claro como el de muchas otras, no somos quien para juzgar a nadie, no saben los motivos por la cual tomé mis decisiones, mi historia comienza así:
Desde joven me encantaba un chico, su nombre era Alejandro, moría por pertenecer por lo menos a su grupo de amigos, eran tan populares, tan bonitos, no se esforzaban por nada... Un día de aquellos estaba saliendo del cole y justo tuve que volver a entrar porque se habia quedado mi cuaderno de los apuntes, en lo que me doy la vuelta estaba ahi Alejandro con sus grandes brazos y su mirada de galán, me dio un poco de verguenza, digo a que chica de 15 años no le daría verguenza tropezar con un chico de último año y super guapo. El me dió el paso y yo quede paralizada, bajó su mirada y cuando la volvió a subir pude ver aun con mas claridad su hermosa cara, me puse roja como un tomate, en ese momento no sabía que hacer solo pude reirme para calmar la situación tan penosa que yo estaba pasando, Alejandro me dijo: Que chica tan tonta con una sonrisa... Así fue como pude comprender que quería estar con el pero no solo como amigos sino como novios.
Pasaron unos meses y terminó el último año de la escuela para Alejandro, no pude decirle nada, creo que mi unica experiencia cerca de el fue solo esa vez y ya, me seguía gustando pero no podía hacer nada más. Llegaron las vacaciones, era costumbre pasar mis vacaciones aburrida sin amigas, sin mi familia en casa (excepto en las noches), sin nada. Ya llevaba varios dias de mis "Divertidas" vacaciones cuando timbran en la casa, me asusté un poco porque nadie iba, en lo que abro la puerta veo a mi amiga de la infancia Katia, mi cuerpo no aguantaba tanta emoción, era mi mejor amiga por siempre ya no era una niña, incluso se veía mayor que yo. Katia ha vuelto! Katia ha vuelto! grito por toda la casa, ella me abraza y desde ese momento me sentía diferente como si una esperanza de emoción llegara a mi.
Katia estaba viviendo en Roma desde hace muchos años con sus padres, ella tenía una vida perfecta, la vida que toda niña merecía, me dice que está de regreso y es para quedarse o por lo menos un buen tiempo. Pensé: Vamos a vivir de nuevo en el mismo vecindario, vamos a estudiar en la misma escuela, vamos a tener la misma amistad de siempre, esto es una locura, la mejor de todas.
Pasamos el verano de la mejor manera, conocimos a unos chicos universitarios (Luis, Fabián y Marcos), ellos se unieron a nuestro pequeño club para disfrutar de los días que quedaban. Llegó el fin del verano y con ello un nuevo comienzo del cole, el último año, esperaba lo mejor de ese año y fue así.
Llegó diciembre y yo seguía hablando con los chicos que conocí en el verano, pero había uno que no podía sacar de mi cabeza, Fabián, tenía algo especial, no se si era su manera de ser pero me gustaba y creo que el se dió cuenta ya que estabamos una noche en el jardín de mi casa y me dió un beso, me dice: Quiero que seas mi novia, no me digas que no. Quedé sorprendida pero me gustaba así que acepté.
Fuimos novios por mas de 7 años, ya habíamos terminado nuestras carreras, nos faltaba poco para casarnos. Mi amiga Katia había estado en contacto conmigo pero no por mucho tiempo, solíamos hablar todas las semanas, me contaba que tenía un novio, super guapo, super antento, yo estaba feliz por ella. Nos veríamos unos dias antes de mi boda para dar detalles de nuestras vidas.
Al ver a Katia sentí la misma emoción que aquella tarde de verano, le dí un fuerte abrazo, cuando me suelto de ella veo justo al primer amor de mi vida, ahí estaba Alejandro junto a Katia, no puedo negarlo, se vía más hermoso que antes, para mi sorpresa ellos eran novios, llevaban unos meses. Por mi cabeza pasaban muchos pensamientos pero no sabía que hacer ni que decir, fue igual que la primera vez que tuve un contacto con el. Esa tarde me quedé pensando mucho en si de verdad me seguía gustando.
Decidí seguir adelante y tuve mi boda, fue genial, me sentía afortunada de tener un buen hombre a mi lado, pero por dentro sabía que todo era una mentira, debo confesar que seguía pensando en Alejandro, incluso se que el me veía con otros ojos, me veía como mas que la amiga de su novia. Tenía miedo de encontrarme con el pero pasó un día de comidas con Katia en mi casa. Katia y Fabián seguian viendo tv mientras yo estaba en la cocina, en esto llegó Alejandro y de la nada me dice: Te sigo gustando? Tu a mi si, como la primera vez que te ví... No sabía que decirle pero fui un poco tonta y no le dije nada, el me tomó y me besó. Era como volar y sentir que nunca vas a bajar de ese vuelo tan relajante o por lo menos eso pensé...
wwooo que intenso :*
Espero que no termine en una locura mas grande
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