Cuando escuché hablar del bitcoin asociado a una economía sin intermediarios, como algo que podría hacer por lo menos tensarse al sistema bancario el asunto me empezó a interesar. Busqué información y por esa época ya 1 bitcoin alcanzaba una suma que en mi pequeña economía no tenía sentido. No supe en ese momento que se podía comprar por fragmentos (satoshis), pero además a las páginas chilenas a las que llegué, si mal no recuerdo, pedían un mínimo de inversión. Ni hablar de otras casas de cambio o exchange. Todo me parecía muy lejano, algo sucediendo en un mundo paralelo, tal como la economía sucede para el ciudadano de pie, por más que le afecte.
No recuerdo exactamente cómo llegué el fanpage del Proyecto Chaucha, el asunto es que estuve ahí justo cuando comenzaba, algo de lo que me siento afortunada. De hecho alcancé a minar 19 chauchas con mi compu reciclado y un cpuminer que aprendí a usar como todo lo que se aprende por internet: tutoriales por aquí, foros por allá, ensayo y error hasta que me apareció ese yay!!! en verde fluorescente que me emocionó.
Entendí lo de minar no desde la sabiduría informática (que siempre me ha parecido deslumbrante) pero sí desde la metáfora de las minas, los mineros y hasta de la fiebre del oro. Entendía que con mi compu andando botaba bloques (imaginaba rocas) aunque mi compu fuera más bien una picota que alguna máquina apoteósica de Codelco. Así que me convertí por un breve periodo en una minera de picota, en una buscadora de pepitas de chaucha.
Leía cada día lo que publicaban en el fanpage y me llamaba la atención el bajo perfil de los creadores, el lenguaje cercano, las ganas que le ponían a que el proyecto fuera educativo, a que la gente se interesara por los temas asociados, sin ponerle censura a ninguno, otra característica que me hizo hacerme todavía más fan del asunto: no era un proyecto anarquista con visos de esperanza ciberpunk ni tampoco un proyecto de ejecutivos que operan en bolsa con sus trajes impecables. Tenía un poco de las dos cosas pero era algo más: una intención seria y efectiva de que la gente como yo que no tiene idea del asunto, se interesara de un día para otro en todas las aristas que el uso de una criptomoneda implica. Todo lo contrario a lo que suelen hacer los ciberpunk y los zorrones: alejar a la gente desde sus olimpos ideológicos y su sensación de que –por distintas razones- pertenecen a alguna clase de grupo de “elegidos”.
Ahora sigo leyendo sobre blockchain. Tratando de entender un poco más lo que se explica en los artículos de blog, que a veces suenan a un mero copy paste. Catalogados para dummies, dejan muchas veces la sensación de que los dummies son sus autores. Porque ciertamente sólo las grandes inteligencias son capaces de disponibilizar contenidos complejos, para que la gente promedio los entienda, sin que por ello pierdan ni su peso ni su sustancia. Y para eso hay que tener una claridad que no pasa por hablar en difícil. Aunque el tema efectivamente sea difícil.
También leo los proyectos de los token y algunos me siguen dando vueltas por varios días. Y cuando lo hago, me queda claro por qué dicen que la blockchain va a tener el impacto que antes tuvo la aparición de internet. Me emociona pensar que efectivamente las cosas puedan reordenarse de una manera completamente diferente; colaborativa, simétrica, comunitaria, sin jerarquía, sin concentración del poder (y sí, esos conceptos anarcos que son tan bonitos, pero que hasta ahora jamás me habían parecido tan posibles). Me asusta que vengan de nuevo los depredadores a echar todo abajo a la vez que de momento eso pareciera imposible. Me alegra estar viva para verlo cuando suceda. O ahora que ya está sucediendo.
Con mis chauchitas hice algo de dinero y entre idas y venidas me quedé con 100. Veinte de esas me las regaló uno de los creadores por Telegram, tal como hacía con todos los que se unían al grupo. Compré también algunos token y crypto que me parecieron interesantes y estoy aprendiendo algo de trade. Pero mis chauchitas las guardo como a un tesoro, no me importa si cuestan 0,3 pesos u 8000. Sin ellas no hubiera podido entrar al mundo mágico (y tan real) de todo lo que está por venir.
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Que bonito artículo! Ciertamente es difícil explicar de qué va esto, porque para entender que es algo que cambia la forma como conocemos el mundo, tenemos que experimentar alguna de las ventajas de Blockchain para comprenderlo. Me ha encantado tu artículo, veo que eres nueva bienvenida.
Gracias por compartirlo.