Una mujer gentil muestra su fe Mc 7:24-30 Introducción:
La fe es la fuente de vida para los creyentes. La palabra de Dios nos enseñilla que es imposible agradar a Dios sin Fe (Heb 11:6). En esta lección veremos como la fe de una mujer gentil pudo mover a Jesús fuera del tiempo programado.
Mc 7:24-26 Actuando en fe: Por primera vez, Jesús sale del territorio judío y llega a la región de Tiro y de Sidón. Queriéndose esconder de la gente entro en una casa. Un mujer al escuchar que Jesús estaba en su ciudad, lo encontró y se postro a sus pies.
Mc 7:27, 28 La determinación de la fe: Jesucristo vino con un propósito y con agenda. En Mt 10:5,6 vemos que Jesús manda no caminar por tierra paganas si no antes a las ovejas pérdidas de la casa de Israel. La mujer suplicando por su hija entendía que Jesús era especial y que el tenía el poder para sanar a los enfermos Lc 6:17. Determinada para recibir un milagro no le importo ser llamada perilla sino lo uso con motivo de reconocer su posición y clamar por su bendición. No se dio por vencida.
Mc 7:28,29 Jesus le responde En Mt 15:23 registra la Palabra que Jesús no le respondió a su petición de sanidad para su hija. En Mc. explica Jesús que vino a los hijos primero y que no fuera bien tomar el pan de ellos y echárselos a los perillos. La fe demostrada por la mujer era tan profunda que reconoció sus pecados de idolatría y se sometió a la agenda de Jesús y le dijo que con las migajas de su poder su hija fuera sanada. Entonces le dijo: por esta palabra, ve; el demonio ha salido de tu hija.
Resumen: Nada hay imposible para Dios (Lc 1:37). Su palabra nos enseñilla que deberemos pedirle a Dios con fe, no dudando nada (San. 1:6) y otra vez, en Mateo 7:7 pedid, y se os dará. La madre de la niña endemoniada reconoció que Jesús tenía un poder especial. Aunque no era judía ella creyó en el y que el iba ser la única solución para la salvación de su hija. Primera mente ella no perdió su ánimo en la búsqueda de Jesús. Cuando lo encontró, se posiciono a sus pies demostrando sumisión al Maestro. No se dio por vencida cuando por primera vez de pedir ayuda no recibió una respuesta, sino con más pasión y determinación siguió su suplicación provocando la atención de Jesús. Y por último, acepto la convicción de su pecado y la agenda de Jesús en esos días y le exclamo que con las migajas de la bendición de los higos, su hija podría ser salva. Jesús trajo liberación a esa casa y lo podrá hacer con la suya. Cundo su fe en Cristo sea probada, no te des por vencido/a, que tu bendición está a punto de llegar, solamente cree en Jesús. Amén