El desánimo es propio de nuestro viejo hombre, conviviremos con el hasta que vuelva al polvo. Pero doy gracias a Dios por Jesucristo que vive en mi corazón, esa nueva creación que infunde aliento y su amor que nos constriñe, nos impulsa y proseguimos como dijo el Apóstol Pablo, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús. Dios te siga bendiciendo @pdc! Saludos