Un domingo no cualquiera
Sali a manejar bicicleta, ella decidió pasearme.. no le pregunte pero a penas la vi me lo dijo susurrando: “ vamos mimi, salgamos, yo te llevo” Encantada de la vida Sali con ella, su conexión siempre tan habilitada a mi . Mi guerrera del amor, fuerte, firme, protectora. Me dijo también que llamara a un amigo, y lo llame, mi amigo acepto acompañarnos. Había mucho sol, ese sol fuerte y una brisa fresca.. es raro y algo contradictorio pero creo que solo los Caraqueños entenderían a que me refiero.
Nuestra ruta fue hasta la Ucv, tierra de nadie aunque se llame así es un lugar donde cualquiera puede ir, debería llamarse tierra de todos porque todos tienen la libertad de ir. Seguidamente nos quedamos allí descansado, ya que teníamos mucho tiempo sin manejar, mi guerrera me dijo: “ oye para, no corras tanto.. parate acá y respira, tomate el tiempo de descansar y disfrutar del paseo que te estoy regalando , del paseo que el universo te brindo hoy porque estas brillando”, ella mi vikinga tiene tanto poder en mi que le hice caso y me senté a relajarme.
Luego de habernos quedado allí, decidimos partir a otro lugar, fuimos hasta bellas artes y nos sentamos, me pidió que le echara aire en los cauchos carente de él, se lo coloque pero necesitaba más y le prometi que le echaría en una bomba la próxima vez que me paseara, al irnos me quede observando unos zarcillos con ella a mi lado. Fue muy extraño pero en mi hombro izquierdo tenía algo que justamente vi con la cola del ojo, era una mantis religiosa de aproximadamente 5 cm, mi reacción fue sacudirla con mi mano derecha, y luego me dio remordimiento de conciencia , buscándola en el suelo, la encontré y le dije a mi amigo que me aguantara mi guerra un instante, me la sostuvo y pude agarrar una hoja de un árbol y rescatarla, era tan hermosa! no me dejaba tomarla con la hoja hasta que al fin cedió y pude colocarla en el árbol más cercano que tenia.
Me encantoooo! La naturaleza es tan maravillosa. Hoy tenía muchos insectos encima, quizá el universo me estaba cuidando y ellos eran mis angelitos. Gracias por esta bendecida y mágica tarde, y por el café que no estaba tan bueno pero había olvidado mencionar.