Entrar en la psiquis del personaje puede ser perturbador.
¿Qué tan perturbador puede ser para un actor escudriñar un personaje a fondo, para su posterior interpretación? Tal parece que sí puede afectar la psiquis personal del artista, y un ejemplo notorio de esto es el registro anecdótico de “El Joker” (Guasón), personaje de la súper exitosa serie basada en el comic “Batman”, el cual ha dejado marcas muy oscuras y hasta fatales a lo largo de los años.
La primera aparición de este personaje se remonta a los años 60 con la recordada serie de tv “Batman”, protagonizada por Adam West. Allí el personaje del Joker era representado por César Romero, logrando una caracterización que giraba más en torno de lo gracioso y el ridículo de sus acciones. Fue una versión propia muy lejana de lo que el oscuro personaje muestra en sus comics, sin aparente daño a su intérprete.
Después sería el turno de Jack Nicholson en el año de 1989, logrando un personaje mucho más psicológico, con dosis de sarcasmos y de mucho humor negro. Nicholson le da vida al personaje llamado Jack Napier, un criminal que se autodomina como un “artista del homicidio”, el cual sufre un grave accidente en donde se desfigura el rostro quedando con una cicatriz que extiende la comisura de los labios, dando una sensación de sonrisa terrorífica. Para los seguidores del comic, Nicholson le dio un brillo espectacular a su personaje, logrando mantener un margen muy parecido al personaje original. Para sorpresa del propio Nicholson, su interpretación fue motivo de múltiples halagos y nominaciones de grandes premios internacionales, logrando ganar algunos de ellos.
La fatalidad del Joker toca a Heath Ledger
En 2008, el turno es para el joven talentoso, Heath Ledger, el cual asume con mucha emoción la caracterización de El Guasón en la película “Batman, El Caballero Oscuro”. El actor australiano empieza el estudio y desarrollo del personaje para lograr despertar su estado psicótico, terrorífico, morboso y aterrador; para ello, Ledger se encierra durante un mes en un cuarto totalmente aislado, además de hacerse encerrar y entrevistar a varios asesinos en serie. Resultado: un personaje que llega a tener más protagonismo que el propio superhéroe, presentándose como un resentido social, víctima del abuso de sus padres, convirtiéndose así en un asesino en serie el cual marcaba a sus víctimas haciéndole múltiples cicatrices en el rostro, extendiendo la comisura de sus labios. Era un Joker inteligente, con todas las características propias de un sicópata. Antes de su estreno, Ledger fue encontrado muerto en su domicilio víctima de una sobredosis de estupefacientes, agregándole más interés y un trasfondo más oscuro aún al personaje. Por su interpretación, el actor ganó en forma póstuma, innumerables premios y reconocimientos, más la admiración de todos los seguidores tanto de su carrera, como del personaje.
Llegamos al 2015 con la esperadísima “Suicide Scuad” en donde el ganador del Óscar, Jared Letto, es el encargado de llevar de nuevo al Joker a la pantalla grande. Para ello, el actor decide hacer un estudio psicológico a fondo del personaje, se entrevista con muchos psicólogos, estudió a muchos asesinos en serie y se aisló como lo hizo el mismo Ledger, logrando crear mucho temor a sus compañeros de set al presentar un carácter muy aterrador lleno de misterio y locura. Durante la grabación, Letto, bajo la caracterización de su personaje, llegó a regalar a sus compañeros ratas muertas, al igual que muchas revistas eróticas con señales evidentes de semen, alarmando de cierta manera a todos en el set y fuera de él. Durante cierto momento, el propio Nicholson lo alertó a que tuviera mucho cuidado al desarrollar al personaje, ya que era evidente que le estaba trastocando su verdadera personalidad.
Sin poner en duda el alto grado de profesionalismo de cada una de estas luminarias hollywoodenses, no podemos negar que hay una delgada línea entre la realidad cotidiana de un actor y el personaje que esté preparando en ese momento para hacerlo más creíble ante el público. La sola idea de decepcionar a sus seguidores, puede hacer que se tergiversen o se mezclen ambas situaciones y en vez de que el personaje tenga aptitudes del actor, éste puede absorber características de su personaje, mimetizarse hasta un punto en el que el artista no se dé cuenta de que sus reacciones no son propias de su forma real de ser.
Esperemos que si hay una nueva versión de Batman, el temible Guasón sólo se quede en los estudios de grabación como un comic más.
Fuente: http://tremendobeta.com/