Voy a publicar en adelante una serie de posts para ayudarte a estructurar tu guión de cine o televisión, esa gran idea que tienes, para que puedas cumplir los formatos y pautas de la industria de Hollywood, digamos, Fox, Netflix, etc.
Acuérdate que en esta industria la batalla es desesperada y sin piedad, y que los productores sólo leen lo que, de entrada, les parece que cuadra con sus gustos, con las tendencias del mercado, con lo que está vibrando –tipo Juego de Tronos o Big Little Lies- y ni siquiera se van a molestar de abrir tu archivo si no ven, desde la primera línea, que cumples con esas expectativas, y con los parámetros del negocio.
Estas pautas te servirán incluso para tus videos en YouTube, y hasta para tus posts y artículos en Steemit, porque en esencia son estructuras subconscientes y culturales que han funcionado en el arte de narrar historias desde hace milenios.
Divide tu historia en tres partes, en tres actos
1.- Introducción. Se presenta el personaje, vemos cómo se involucra en el problema, en la aventura que va a vivir, cómo es su mundo, de qué vive, quiénes son sus seres queridos. Esta primera parte se suele llamar también presentación del conflicto. Aquí usualmente vemos que los personajes no se sienten felices en su mundo estable, y que oyen el llamado de la aventura, que se enamoran de la chica más hermosa y difícil, que se plantean ganar las olimpíadas, o llegar a ser astronautas para ir a la luna, a Marte, o a una lejana galaxia…
2.- Clímax. Luego de que los personajes salen en busca de un objetivo, de un amor, de un objeto sagrado, de que salen a llevar un anillo mágico, de que se van a estudiar magia en la Academia de Hogwarts, eso los va conducir a lo largo de una aventura, que va a tener un momento culminante, lo que se llama en dramaturgia un clímax.
Supongamos que quieren escapar de algún peligro y se han puesto en marcha, sea que su planeta ha sido invadido, o que les persigue la policía y quieren cruzar la frontera hacia México. Si desarrollas bien la historia, en un momento dado deberás llegar a un punto de máxima tensión, trascendental, el más intenso de la película, clímax: la gran batalla, el encuentro con la policía, el momento en que el acusado llega ante el juez, el momento en que el chico le va a decir a la chica que realmente la ama, o cuando pone un anillo de compromiso en la copa de champaña de la hermosa mujer… u hombre, los géneros hoy en día son muy amplios.
3.- Desenlace. La historia, la aventura, debe llegar a algún sitio, a algún resultado. Si no lo hace, sucede como esos guiones que vemos en el cine venezolano y latinoamericano en general en la que los personajes y la historia quedan en el aire, y uno se pregunta: ¿Y qué pasó aquí?
El muchacho debe cruzar la frontera y salvarse. O puede ser atrapado por la policía fronteriza, y entonces no habrá final feliz, pero al menos habrá final, un desenlace.
La pareja debe quedar junta y feliz, a pesar de todas las vicisitudes y dificultades que han tenido que sortear. Puede que no queden con quien esperaban, como Julia Roberts en aquella maravillosa comedia “La Boda de mi mejor amigo”, pero en ese caso, ella habrá culminado su viaje interior, se habrá conocido verdaderamente a sí misma, en su profunda humanidad, e intuimos que le espera un futuro esplendoroso, ahora que finalmente sabe quién es.
El viaje era hacia ella misma, la conclusión es que dejó escapar al hombre que más amaba, pero que es capaz de volver a enamorarse, y esta vez no lo dejará ir por ninguna de las estupideces que gobernaban su vida anteriormente (en la primera parte de la película).
De dónde viene todo esto
En realidad, esta estructura no la inventó Hollywood, viene de los clásicos griegos, de La Odisea, de la tragedia y la comedia, y se repite en las narraciones medievales, en los cuentos de hadas, en todo el mundo. No es de extrañar que haya sido tomada por la narrativa europea, el teatro, la novela, y que llegar a las películas de Hollywood.
Pero eso será objeto de otro post, que tiene que ver con El Viaje del Héroe.
Aristóteles, en La Poética, recomendaba que toda buena obra debería ser como cuando uno expone una idea de manera clara y sencilla: primero, se presenta la idea, se desarrolla, de modo que el interlocutor –el espectador- entienda de qué va la historia.
Luego, esa idea, esa historia, debía llegar a un clímax, que a veces era lo contrario de lo que esperaba el protagonista. En lógica se diría que primero se presentó una tesis –Kung Fu Panda va al mercado a conocer al nuevo gran Guerrero del Dragón- y luego aparece una objeción, una antítesis, es decir, todo lo contrario: a Panda le dicen que él es el nuevo Guerrero Dragón.
Eso introduce en la vida de Panda toda una serie de tropiezos y aventuras que lo llevarán al borde de la muerte.
La tercera parte, según Aristóteles, sería la conclusión, una vez contrastadas la tesis y la antítesis.
Esto es, resulta que Panda sí es el Gran Guerrero Dragón, pero que no debe buscar ese poder, esa sabiduría, afuera, sino adentro. Es por eso que siempre veía los mensajes en blanco. Todo estaba escrito dentro de él.
El resultado es que logra controlar su Chi interno y derrotar fácilmente –a pesar de ser un oso gordo y comelón- a los más terribles villanos.
¿Funciona?
Sí, déjame decirte. Todas las historias exitosas que conozco, desde la Odisea hasta Casablanca o La Guerra de las Galaxias, poseen esta estructura interna.
Pero como dije en el post anterior, si tú quieres hacer películas imitando a Almodóvar, ese es tu problema, y de quienes quieran arriesgar su dinero en esa insensatez. Y si es así, igual buena suerte.
Nos vemos en el próximo post.
¡Chao!
Óscar Reyes-Matute / מתת
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