Odisea sin fin
De la fábrica de cera salí, no sabía si era hombre, mujer o niño, ví a otros parecidos a mí, estaba chueco y feo como un mandril, me asusté y dije: - ¡Yo no quiero terminar así!; el artesano con manos hábil dijo: - ¡Te toca a tí!, pinturas por aquí, pinturas por allá, parecia un payaso saltarín.
El artesano terminó, me subió al camión y partí a un largo viaje que parecía no tener fin. Al llegar unos hombres me bajaron , enseguida les dije: - ¡Oigan no me agarren por allí!, ¡esa parte no se toca así!; mueve para allá, mueve para acá, no hallaban donde ponerme al fin y tristemente terminé arriba de un armario abandonado como un buen tontín.
Muy buen cuento! Super poetico ;-)
Muchas gracias amigo, me alegro saber que fue de tu agrado!