Hola Amigos de Hive espero se encuentren bien
A veces la vida nos pone a prueba para forjar nuestro espíritu asi que les contaré un cuento y espero les guste.
Había una vez, en el vasto océano de Caraza, un pez llamado Marce. Marce no era un pez Punky cualquiera; era conocido por su valentía y resiliencia. A pesar de haber perdido a toda su familia en una tormenta, nunca se dio por vencido. Su misión en la vida era recolectar perlas, y hasta la fecha había reunido 54 hermosas perlas que guardaba en un cofre secreto de un barco pirata que yacia en las profundidades.
Marce tenía tres amigos inseparables: Sebastián, un pequeño pecesito que siempre llevaba un retén de latas atorado en su aleta izquieda. Sebastián era muy tímido e inseguro, a menudo dudaba de sí mismo y de sus habilidades. A pesar de esto, Marce siempre lo animaba y le recordaba lo especial que era.
El segundo amigo de Marce era Juanito, un cangrejo travieso que siempre estaba ideando nuevos retos y aventuras. Aunque a veces sus travesuras causaban problemas, Juanito tenía un gran corazón y siempre estaba dispuesto a ayudar a sus amigos.
El tercer amigo era una imponente ballena azul llamada Azulita. Azulita era sabia y protectora, siempre cuidando de Marce, Sebastián y Juanito.
Un día, mientras nadaban juntos en busca de nuevas perlas, Marce notó que Sebastián estaba más callado de lo usual. Se acercó a él y le preguntó:
—¿Qué te pasa, Sebastián? ¿Por qué estás tan triste?
Sebastián, con lágrimas en los ojos, respondió:
—Marce, estoy cansado de llevar este retén de latas en mi aleta. Siempre me recuerda que soy débil y diferente. No puedo nadar tan rápido como ustedes y eso me hace sentir inútil.
Marce, con una sonrisa comprensiva, le dijo:
—Sebastián, todos tenemos algo que nos hace únicos. Ese retén de latas no define quién eres. Eres valiente y tienes un gran corazón. Te prometo que encontraremos la manera de quitarlo.
Los amigos continuaron su viaje hasta llegar a una cueva misteriosa. Azulita, con su sabiduría, les contó que dentro de la cueva había una perla mágica que podía cumplir un deseo. Decidieron entrar juntos, enfrentando diversos obstáculos, pero siempre apoyándose mutuamente.
Finalmente, llegaron al corazón de la cueva donde encontraron la perla mágica. Marce le pidió a Sebastián que hiciera su deseo. Con voz temblorosa, Sebastián pidió:
—Deseo poder quitar este retén de latas de mi aleta y ser fuerte para ayudar a mis amigos.
La perla brilló intensamente y, en un instante, el retén de latas desapareció. Sebastián sintió una energía nueva y, por primera vez, nadó libremente sin ninguna carga. Sus amigos celebraron con alegría y Marce le dijo:
—Sebastián, tu fuerza no viene de tu aleta, sino de tu corazón. Siempre has sido fuerte, solo necesitabas creer en ti mismo.
Desde ese día, Sebastián se convirtió en uno de los nadadores más rápidos del océano, y junto a Marce, Juanito y Azulita, continuaron recolectando perlas y viviendo grandes aventuras. Aprendieron que la verdadera fuerza viene del apoyo de los amigos y la confianza en uno mismo.
Y así, el océano de Caraza brillaba más que nunca, gracias al tesoro de Marce y sus amigos, un tesoro lleno de perlas y valiosas enseñanzas.
Aprender a afrontar las adversidades con el apoyo incondicional de un amigo que nos acompaña fisica y psicologicamente es un tesoro invaluable.