Nicolás Maduro anuncio la creación del Petro, un cripto-activo venezolano tal como se reseña en la Gaceta Oficial del 8 de Diciembre de 2017(http://bit.ly/2AAWkeA), a este anuncio le han seguido una cantidad de críticas y rumores a través de redes sociales y medios de comunicación que aseguran que el Narco-Estado solo pretende embaucar nuevamente a la sociedad venezolana con una nueva estafa, y en el proceso lograr el blanqueo de capitales a través del sistema de criptomonedas; proceso que tendrá muy difícil de ejecutar.
En un principio la creación del Petro es una medida desesperada que ejecuta la dictadura Venezolana para evadir el bloqueo imperial, este intento es desesperado, pues si bien utilizando las criptomonedas es posible evadir los controles y bloqueos del mercado financiero internacional también es cierto que la tecnología subyacente en las criptomonedas aun es muy novedosa y no podría aun adaptarse a las necesidades de todo un país y mucho menos para que 25 millones de personas que viven en Venezuela puedan realizar transacciones de rutina, el cual sería el menor problema para un régimen que no le interesa que la población tenga acceso al comercio internacional.
A pesar de los problemas de escalabilidad que podrían llegar a presentarse tal vez al régimen solo le interesaría el uso de la tecnología para evadir los controles y bloqueos, lo cual podría ser muy factible, y en este escenario podría radicar el mayor interés por parte del Gobierno, pero en este sentido también se encontraría con otro problema, la legitimidad del cripto-activo, pues si bien el cripto-activo esta “respaldado” por las reservas petroleras y de otros minerales de la nación, es también cierto que las criptomonedas que cotizan a través de los diversos exchanges a nivel mundial solo se respaldan en la confianza que depositan los usuarios sobre el algoritmo matemático que regula el funcionamiento de la criptomoneda, algoritmo que al día de hoy no ha sido develado; el desconocimiento del protocolo de funcionamiento del Petro es un problema mayúsculo pues toda criptomoneda debe tener reglas claras que permitan a todos los mineros, nodos (si los tuviera), exchanges y usuarios determinar que tan confiable es la criptomoneda, al desconocerse existe una gran incertidumbre.
Otro problemas radica en la oferta inicial de monedas (ICO) que al parecer se podrá en marcha en los próximos días con una oferta inicial de 100 millones de monedas, ahora bien esta oferta inicial deberá ser exclusivamente en criptomonedas o en bolívares, pues el Estado Venezolano está imposibilitado de comerciar con la banca internacional por causa del bloqueo; es muy probable como pasa con toda oferta inicial de monedas que las primeras piezas se vendan en su totalidad, lo cual dejaría al estado con unas arcas llenas de criptomonedas con las que podría comerciar y así recibir algo de respiro, siempre y cuando no pase por el sistema financiero tradicional.
(
Ahora bien, todos esos problemas pueden ser solucionados fácilmente si se crea un cripto-activo común como los que se crean a diario en todo el mundo, descentralizado con sus reglas claras, protocolos de minado y wallets, como todos los demás, lo cual llevaría a la dictadura finalmente a enfrentarse al mayor de los problemas, del cual tal vez aun no son conscientes…
¿Cómo controlas algo que necesitas para saltarte todos los controles?
… las criptomonedas son por definición descentralizadas, nadie las gobierna, más que el protocolo y el consenso entre los nodos de la red que las soporta.
Para que el Petro tenga éxito y funcione como una verdadera criptomoneda debe ser descentralizado, todo el que mine, compre, acepte o posea la moneda podrá hacer uso de ella como quiera, sin pedirle permiso a nadie, sin rendirle cuentas a nadie; ¿está el Estado consciente de esto?, si el régimen quiere escapar de los controles tiene que deshacer los propios controles que ha impuesto en Venezuela, liberar la economía y permitir la libre circulación de criptomonedas en el país, con lo cual dotara de libertad a cada uno de los ciudadanos, para que comercien libremente y sin rendirle cuentas a nadie; y en ese proceso ganar un poco más de tiempo y tal vez alargar un poco la agonía de un paciente en fase terminal…