No es necesario que digamos lo que podemos ver, no es necesario emitir excusas o señalar mentiras, no es necesario acusar y señalar con los dedos, ni mucho menos seguir permitiendo que nos sigan oprimiendo, quisiera apelar a la humanidad que algunos poseen en su interior, quisiera apuntar hacía ese cielo fantástico que nada tiene que dar, pero al que podemos ofrecer.
Siento la necesidad de explicar las diferencias entre Venezuela y cualquier país del mundo, quizás suene pretencioso, pero se debe saber que en este país se puede ser diferente sin discriminación alguna, he vivido toda mi vida en un pueblo que lleva por nombre Anaco, quizás la extensión de mi vida no sea suficiente, pero es todo lo que tengo para ofrecer como referencia.
En la situación actual de Venezuela no hay positivismo que nos conduzca hacía una salida certera, sería iluso mencionar aquello que creo podría resultar.
Sé que muchas personas como ciudadanos de sus países sienten la misma necesidad por proclamar que su tierra es la mejor de todas, no estoy diciendo que Venezuela lo sea para intentar minimizar a ningún país, Venezuela es para mí, lo que otros países representan para otros tantos.
El único gobierno que conozco es esté, este gobierno es todo lo que he vivido y no por ello siento que es correcto, no estoy ciega, no soy un títere y no me muevo por inercia, muy a mi pesar soy humana, una persona que se distingue a si misma por ser observadora, por analizar las constante conductas dentro de nuestra sociedad.
Más allá de la riqueza natural de Venezuela, riqueza que en ningún momento hemos sabido aprovechar, más allá del desastre en que nos encontramos, aun se puede visualizar la calidad de lo único.
Creo que como individuos siempre debemos estudiarnos, conocer tus debilidades y fortalezas, y como venezolana, como miembro de este país pretendo hablar de aquello que muchos omiten o gritan sin el menor de los cuidados.
No creo conveniente nombrar aquellos elementos que nos redujeron hasta este punto en nuestra historia, no creo necesario añadir más leña al fuego, ni más sal a la herida, quiero como todos que deje de escocer y doler, quiero que deje de apestar.
Según mi retorcida lógica, estamos en un punto de no retorno, creo que la historia de la humanidad en si misma señala la lucha como medio para el progreso, quiero creer que cuando salgamos la corrupción que corroe nuestro país, un nuevo día alumbrara nuestro camino.
Sin dejar de entre ver el orgullo que siento por el simple hecho de ser venezolana, quiero expresar eso que antes mencione nos distingue del resto de la humanidad, no me interesa lo que algunos patriotas gritan sobre sus tierras, puesto no me lisonjeo en fundar criterios que no se deriven de la verdad.
En Venezuela, no en Caracas, puedes ser quien quieras, en Venezuela no interesa tu color de piel, aquí somos morenos, negros y blancos, si tu piel es oscura y te llaman negro no lo tomas como una ofensa, las palabras son medidas con el lenguaje corporal y se te llaman en la calle para avisarte que has perdido algo por ese adjetivo jamás podrías ofenderte, inclusive si eres pelirrojo y de ojos verdes...
En Venezuela, no en Caracas, puedes ser quien quieras, y tener la religión que desees cultivar, en Venezuela nos escondemos de los testigos de Jehová que visitan las casas por las mañanas y las tardes, reímos en el proceso y cuando nos sorprenden, escuchamos y recibimos con una sonrisa los folletos que nos entregan amablemente.
En Venezuela, no en Caracas, puedes ser quien quieras, un extranjero y jamás te discriminaríamos, creo conocer que en Venezuela la gran mayoría de extranjeros son Árabes y Asiáticos, y si no entiendes el idioma, sin lugar a dudas, te admiraríamos y luego imitaríamos en broma tu forma de hablar, en Venezuela te apreciaríamos con una sonrisa mientras te abrigamos para que no te sientas fuera de lugar, y te enseñaríamos todas nuestras malas palabras para que nadie pueda sorprenderte de nuevo, esos somos los Venezolanos...
En Venezuela, no en Caracas, puedes ser quien quieras, tener la orientación sexual que desees, sé que es difícil mostrarse siendo diferente a lo que se nos señala desde que nacemos, pero en Venezuela no te negaríamos tu derechos, ni mucho menos tu lugar como ser humano, creo entender que para ser único se necesita una gran fuerza y si eres capaz de soportar el humor venezolano, entonces esté es tu país, puesto aquí todos si somos iguales sin importar el beneficio, aquí reímos y apreciamos quien eres y no tus preferencias...
En Venezuela, no en Caracas, puedes ser quien quieras, en Venezuela no poseemos desarrollo económico ni tecnológico que nos identifique como potencia, pero en Venezuela las diferencias físicas pasan desapercibidas sí eres capaz de contar una buena anécdota o un buen chiste, creo que ya habrán notado que en Venezuela se es libre si puedes dar una sonrisa y hacer sonreír a alguien más, no interesa si eres gordo o flaco, alto o bajo, sólo debes recordar ser amigable y entonces el bullying deja de tener sentido.
En Venezuela, no en Caracas, puedes ser quien quieras, Venezuela es uno de los países catalogados como uno de los más pobres en el mundo, poseyendo diversas riquezas, y es claro que con la situación actual estamos sumergidos en una crisis humanitaria que dista mucho de ser idónea a algún ser humano, duele que sigamos cayendo, la situación social de Venezuela se aleja con cada día, condenando a personas jóvenes que deberían estar su mayor punto de superación personal.
En Venezuela y en Caracas, puedes ser quien quieras, en el mundo entero se habla sobre las diferencias, esas que poseemos todos, y todos alegan que no importan, pues en Venezuela si importan, importan puesto aquí se aprecia la diversidad, se aceptan las diferencias y se ríe mientras el mundo entero alega por tolerancia.
Slow Cheetah
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