Fue un tirano, eso sí, muy inteligente, logró engranar al mundo entero y mantener a los cubanos como borregos durante casi 60 años. Nunca reconoció sus errores y se mantuvo dando órdenes hasta su muerte. El cambio real comenzó en Cuba después de que Fidel dejó el cargo y Raúl poco a poco fue cambiando cosas. Fidel destruyó Cuba, experimentó con ella a su antojo y vivió como quiso intocable.