La Habana, 18 may.- El déficit de medicamentos y la necesidad de acudir al mercado informal para acceder a buena parte de ellos constituyen preocupaciones de la ciudadanía en Cuba, país con acelerado envejecimiento demográfico y aumento de las llamadas enfermedades no transmisibles (ENT).
“Hace más de cuatro meses no llegaba el captopril y la hidroclorotiazida. A fines de abril pude comprarlas en la farmacia, pero no la cantidad establecida, porque sigue inestable el suministro, me comentó la dependienta”, refirió a IPS el comunicador social Leonardo Brito, de 41 años, quien vive en la oriental ciudad de Holguín.
Diagnosticado con hipertensión arterial a los 16 años, Brito toma diariamente tres tabletas de captopril y una de hidroclorotiazida “para mantenerme controlado, pero en semanas recientes tomaba apenas una, para estirarlas”.
Además de antihipertensivos y diuréticos, en los anaqueles de las farmacias cubanas llevan ausentes o son exiguos los suministros de antibióticos, ansiolíticos, antisicóticos, antihistamínicos e inyectables, entre los fármacos más demandados.
“Mi papá, jubilado y diabético, necesita tomar glibenclamida. La he buscado en el mercado negro, pero mi salario no permite comprarle el medicamento suficiente debido a los precios”, explicó a IPS la maestra Bárbara Cruz, residente en La Habana.
A inicios de mayo, Rita María García, directora de Operaciones y Tecnología del estatal Grupo de las Industrias Biotecnológica y Farmacéutica de Cuba (BioCubaFarma), informó a medios nacionales sobre el restablecimiento de la producción de algunos fármacos esenciales.
Reconoció que la disponibilidad, tanto de los de producción nacional como los importados, “continúa siendo muy compleja”, “no se logra satisfacer todas las necesidades” y “se va a mantener una afectación considerable por el momento”.
BioCubaFarma aporta 525 (61 %) de los 849 medicamentos del cuadro básico del Sistema Nacional de Salud cubano, que brinda fármacos gratuitos a la población de este país insular caribeño de 11,1 millones, caracterizada por un acelerado envejecimiento, lo que tensa la demanda en el sector.
García mencionó como causas del déficit la crisis económica y financiera y el recrudecido embargo del gobierno estadounidense contra el país.
Mediante licencias del Departamento del Tesoro estadounidense es posible comprar medicamentos e insumos médicos en aquel país, pero funcionarios gubernamentales cubanos reiteran que las sanciones de Washington entorpecen el acceso a créditos internacionales y operaciones comerciales, además de encarecer fletes para el traslado de materias primas.