Lo más probable es que pronto lo nuestro se diluya en nuestras manos, como arena, como el ayer en los labios y nosotros inmóviles estaremos mirando como se acaba el te quiero, como se lleva el viento todo lo que una vez fue eterno. Lo más probable es que terminemos por botar todas las promesas, por romper las canciones y salir de todas las poesías que una vez nos refugiaron. Y nos olvidaremos por mutuo acuerdo, y nos diremos adiós a regañadientes, sabiendo que era mejor irse ahora porque más tarde dolería más.