La crisis económica actual se manifiesta de distintas formas. En primer lugar habría que hablar de los altos niveles de escasez de productos de alta prioridad. Es notable para cualquiera el desabastecimiento, y aun incluso no en pocos casos la ausencia total de rubros de alimentos, así como de medicinas, productos de limpieza y víveres en general. También es pertinente advertir sobre la gestación de un proceso hiperinflacionario que amenaza con subir escalafones ulteriores en cuanto al nivel general de precios, y con destruir el ya tan mermado consumo de las familias y de toda la economía en general. Este cuadro de estanflación (detrimento de la producción aunado a la inflación en los precios) se combina con una crisis de balanza de pagos que claramente compromete el pago de servicio y amortización de la deuda externa para el presente año, calculado en aproximadamente USD 16.000 millones.
Este contexto no ha sido más que el resultado de políticas gubernamentales que han auspiciado el auge y la permanencia de la crisis. Haber ofrecido divisas mediante un tipo de cambio relativamente bajo, como lo ha hecho tanto CENCOEX como su congénito CADIVI –entre otros múltiples mecanismo que se han ensayado–, favoreció la importación de rubros tradicionalmente fabricados nacionalmente, significando un desestimulo para la producción nacional a cambio de mercancías ‘aparentemente’ más baratas traídas desde otras economías a través de un tipo de cambio claramente sobrevalorado. Este impulso ha deteriorado el aparato productivo durante todo el trayecto que han permanecido los controles de cambio, pero este deterioro ha pasado desapercibido debido a que las importaciones han cubierto la parte del consumo que la producción nacional ha venido desatendiendo.
De la misma manera, el Banco Central ha dispuesto su facultad de emisión de dinero para saldar los déficits fiscales del gobierno nacional, sobre todo mediante la partida de la estatal petrolera. Este acelerado proceso de monetización ha levantado los incipientes pasos de un proceso hiperinflacionario que socava más la situación económica, y que podría agravar aún más los niveles de consumo y producción internos.
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Pero no debemos perder la fe, que esto también pasara
Claro poco a poco @dan77