¿Qué es la ‘economía naranja’?

in #economia7 years ago

#EconomiaNaranja

¿Por qué este grupo de actividades empiezan a crecer y a consolidarse como una nueva forma de emprendimiento?

Es más, ¿por qué un sector como la ‘economía naranja’ o ‘economía creativa’ aún permanece poco visible en el radar de los economistas? Ponerse de acuerdo en temas importantes resulta difícil. Se dice, en tono de broma, que en una discusión de cinco economistas siempre hay seis posiciones distintas.

Primero, definir la ‘economía naranja’ es un asunto complejo, pues cultura, creatividad y economía son conceptos que merecen ser limitados. Segundo, la relación entre economía y cultura suele ser desconocida para muchos, además de que no es evidente dentro de la teoría económica tradicional. Tercero, la cuantificación financiera de las actividades culturales y creativas es reciente. Las herramientas que se utilizan están en constante evolución. Y finalmente, hay muy pocas personas interesadas. Por eso es necesario que usted se involucre, haga parte del debate y se sume a los ‘negocios culturales’.

¿Por qué se llama ‘economía naranja’?

Frank Sinatra decía que el naranja es el “color más feliz”.

El color naranja se suele asociar con la cultura, la identidad y la creatividad.

Este color es asociado, en los países occidentales, con el entretenimiento y la extroversión.

Algunas filosofías y religiones, como el confucionismo, relacionan el naranja con la transformación.

En India, el ‘chacra naranja’ es el abdomen. Esta parte del cuerpo es el centro creativo del individuo.

Existen muchos más significados del color en casi todas las sociedades del planeta.

Sin embargo, fue el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) la entidad que ‘pintó’ de naranja al valor agregado que generan las industrias y empresas culturales.

Además, lo que realmente interesa es que este color permita fusionar la economía con la cultura.

Es decir, ambas actividades son caras de la misma moneda. Por una cara está el valor simbólico y por la otra, el valor cuantitativo.

LA ECONOMÍA CREATIVA

John Howkins, especialista en el tema de la “industrias creativas”, afirmaba que la ‘economía creativa’ comprende los sectores en los que el valor de los bienes y servicios se fundamenta en la propiedad intelectual.

Las actividades económicas de estos sectores van desde la arquitectura, las artes visuales y escénicas, artesanías, pasando por el cine, el diseño editorial, y hasta se alcanza a cubrir el cine, la música, la moda y los juguetes.

En el año 2005, según cálculos de Howkins, estos sectores representaron el 6,1 % de la economía global.

Algunas estimaciones más recientes, elaboradas por el Banco Mundial (BM) señalan que la “economía naranja”, para 2011, alcanzó 4,3 billones de dólares.

Esta cifra se acerca al 120 % de la economía de Alemania, pero también equivale a 2,5 veces los gastos militares del mundo.

Pero ojo. Hay que tener en cuenta que el gasto militar depende, en la mayoría de los países, casi totalmente del presupuesto público.

Por el contrario, la ‘economía naranja’ es un contribuyente neto.

Otras cifras permiten confirmar la importancia de este sector.

Según la Conferencia de Naciones Unidas para el Comercio y el Desarrollo (UNCTAD), entre 2002 y 2011, las exportaciones de bienes y servicios creativos crecieron 134 %

El Instituto de Investigación Internacional sobre Paz de Estocolmo (SIPRI, por sus siglas en inglés) mostró que para el mismo período las transferencias hacia donaciones, cooperación militar y compra de armamentos crecieron 71 %.

Y tenga cuidado al analizar este último dato. La primera década del siglo XXI estuvo marcada por las guerras en Irak y Afganistán.

Puntualmente, para 2012 el estudio “Impacto económico de las industrias creativas en las Américas”, comisionado por la Organización de los Estados Americanos (OEA) y el BID, mostró que las exportaciones de esta economía alcanzó la cifra representativa de 646 mil millones de dólares.

Si estos bienes y servicios los insertamos en la clasificación que hace el Centro Internacional de Comercio (ITC, por sus siglas en inglés), estaríamos hablando de la quinta mercancía con mayor nivel de comercialización a nivel global.

Más allá de los datos anteriores, ¿cuál es la importancia de esta economía?

“En estos momentos de desaceleración económica, producto de la caída en el precio del petróleo, el desarrollo de modelos económicos alternativos basados en el conocimiento, la creatividad y la cultura, se presentan como una oportunidad para hacerle frente a estas situaciones”, respondió Ángel Moreno, coordinador del grupo de Emprendimiento Cultural del Ministerio de Cultura.

Y Moreno no se equivoca. Durante la crisis económica de 2009, las ventas de petróleo reportadas por la Organización de Países Exportadores de Petróleo (Opep) registraron una caída de 40 por ciento, mientras que las exportaciones del sector ‘creativo’ apenas de contrajeron 12 %.

Pero sin ir más atrás. Actualmente, los ingresos petroleros de Colombia se han reducido 35 % por el continuo desplome de los precios del crudo.

Esto ha llevado a que los analistas y el Gobierno esperen un menor nivel de crecimiento de la economía.

¿CUÁL ES LA MEDIDA DE LA ‘NARANJA’ EN COLOMBIA?

“En Colombia existe un gran talento humano y creativo para desarrollar las diferentes industrias culturales, a partir de la participación en espacios de circulación que permiten potenciar el intercambio de bienes y servicios culturales, y así aportarle cada vez más al desarrollo económico del país”, asegura Moreno.

El BID pronosticó para 2012 que este sector de la economía hizo un aporte de 3,3 % al Producto Interno Bruto (PIB) del país.

Adicionalmente, la generación de empleo estuvo cercano a 5,8 %, una cifra que está por encima de la registrada en Holanda, Reino Unido o Finlandia.

Moreno sugiere que la cultura ha ganado cada vez más relevancia como un sector que no solamente aporta a la identidad, a la cohesión social y al patrimonio cultural del país, “sino que es un potencial generador de crecimiento económico”.

No obstante, el Ministerio de Cultura junto al Departamento Administrativo de Estadística Nacional (Dane) vieron la necesidad de realizar una valoración económica de los fenómenos culturales.

De allí nació la Cuenta Satélite de Cultura.

Las estimaciones derivadas de esta cuenta sugieren que el aporte de la ‘economía naranja’ en el país están entre 1,5 % y 1,7 %. Puntualmente, en 2012 este sector representó 1,57 por ciento del PIB.

Esta base de datos se encarga de recopilar y medir las actividades culturales con el fin de compararlas con las demás actividades económicas.

En este orden de ideas, resulta sorprendente que la actividad económica derivada de la cultura sea superior al cultivo de café (0,6 %). También está cerca de la extracción de carbón (1,7 %) y no tan distante de la generación y distribución de energía eléctrica (2,4 %).

En palabras de Moreno la Cuenta tiene “como propósito generar un sistema de estadísticas para el sector cultural, en la cual se identifiquen indicadores como el valor agregado de los bienes y servicios culturales, análisis de la oferta y demanda de productos culturales, el comportamiento del empleo cultural, las fuentes de financiación y el gasto en cultura. De igual modo da cuenta de indicadores no monetario tales como asistencia a espectáculos en vivo, ejemplares de libros editados, entre otros”.

En ese sentido, surge una inquietud: ¿por qué medir?

“Es importante medir el aporte del sector cultural, en la medida que podamos tener datos estadísticos, tenemos la posibilidad de identificar el alcance y aporte a la economía y construir un lenguaje común con otros sectores. Desde la economía debe entenderse que la Cultura genera empleo y muchas posibilidades de ingresos, hoy en día cuando hay indicadores para todo, lo que se no mide no existe” argumenta el coordinador del Grupo de Emprendimiento Cultural.

Esta metodología, la cual está al nivel de los sistemas de cuentas nacionales de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), ha puesto al país como líder en este tipo de investigación en América Latina.

Entre los casos exitosos se destaca la aplicación de la Cuenta Satélite de Cultura en Costa Rica, Bolivia, Ecuador y Perú.

Para el caso colombiano, el campo cultural está dividido estadísticamente en los siguientes sectores: audiovisual, libros y publicaciones periódicas, música fotograbada, juegos y juguetes, artes escénicas y espectáculos, educación cultural, creación publicitaria, artes visuales, creación, diseño y patrimonio cultural.

SACANDO EL ‘JUGO’ DE LA NARANJA

Según datos de la Cuenta Satélite de Cultura, el sector de las artes escénicas y espectáculos artísticos en Colombia, presentó un incremento de 22,2 % entre 2005 ($211.394 millones) y 2012 ($258.349 millones).

Por su parte, el sector audiovisual a experimentó un crecimiento de 109 % entre el 2005 ($1,14 billones) y el 2012 ($2,39 billones).

La producción de música fonográfica presentó entre los años 2005 y 2012 un leve crecimiento negativo promedio de 0,3 %, lo cual refleja la permanente desaceleración en el consumo de música en soporte físico y la moderada aceleración de acceso a la música grabada paga en otros formatos.

Este comportamiento también se explica por las actuales tendencias de acceso a la música, en donde la asistencia a espectáculos en vivo tuvo un crecimiento de 30 % entre los años 2005 y 2012, pasando de 265 318 millones a 343 897 millones de pesos respectivamente.

El sector de fabricación de juegos y juguetería en 2011 tuvo un repunte en la producción hasta 153.768 millones de pesos, pero en 2012 retrocedió hasta 145.573 millones de pesos.

Fuente: www.portafolio.co

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