Me voy a portar bien para no estudiar. Visión del hijo.

Con muchísima frecuencia y en muchísimos lugares, países, sobre todo de habla hispana, particularmente en América Latina, en sus pueblos, sus ciudades, podemos escuchar en voz de los padres o representantes de niños en edad escolar, la frase anda estudiar, ponte a estudiar. A grosso modo y descontextualizando la frase, podemos decir que está bien, que eso es lo correcto, pero ¿tienen estas palabras el mismo efecto en todas las circunstancias? Evidentemente no. En estos países podemos escuchar estas palabras como respuesta a un mal comportamiento del infante o púber. Cuando el niño presenta un comportamiento considerado por los padres como inadecuado, lo que conocemos en algunos países como desorden, es decir el niño esta desordenando, lo que lo hace desordenado, caracterización considerada de generación en generación y transmitida en la cultura como comportamiento a corregir o penalizar, merecedor en estos pueblos de diferentes castigos, que pueden ir desde una simple llamada de atención de forma verbal, la privación de la recreación del niño,, hasta la violencia física. La situación particular se presenta cuando el niño tiene una conducta positiva para lograr una conducta negativa, si, así como de extraño se lee. Cuando el niño es acondicionado a recibir como castigo tener que estudiar por haber presentado un comportamiento inadecuado, según los valores o normas, opta por portarse bien para que no lo manden a estudiar, es decir presenta buena conducta para lograr la conducta de desinterés y evitación del estudio. Ante todo esto es perentorio cuidar el uso de la palabra según el contexto, la intencionalidad y sus efectos sublimes, solapados o secundarios, sobre todo cuando la dirección y el objetivo de estas palabras son los niños, los más pequeños de la familia que están en plana formación.