Buenos días mi estimada Yajaira, leyendo el final de tu post recuerdo a una conclusión que llegué hace un tiempo.
En este cuerpo de adulto, con mente e ideales de adulto (nótese un poco la ironía y rechazo a ciertos conceptos en mi frase previa), conversaba de forma amigable con una niña. Tendría unos 6 años de edad, asumo. Recuerdo comentarle cosas, como tratándose de cualquier otra persona pero pensando luego en cómo explicarle lo siguiente y me sorprendió un poco la facilidad con que asimilaba todo, y la visión que tenía de ese pequeño mundo que forman los infantes y realmente no podemos ver. No porque no exista, sino porque lo olvidamos.
Pienso que se recibe lo que se transmite y en esencia, somos lo que vemos. En esta sociedad caótica nos enseñaron a tener miedo, nos enseñaron que un objetivo vacío debe llenarnos; objetivos guiados por la codicia, vanidad, y francamente, una innecesaria sensación de superioridad por ciertos logros basados en estigmas sociales impuestos.
La violencia genera más violencia y el amor genera más amor. La razón del que pensemos que el amor es inferior a la fuerza y al odio es porque las heridas no siempre sanan con la primera caricia, pero siempre sanará con algo de comprensión y dedicación. Así que, cerrar las heridas que el mundo ha querido generar entre los años es algo que no sucederá de la noche a la mañana.
Debemos crear niños llenos de amor y valores, y convertir adultos a que recobren esos valoren que viven de forma intrínseca en el fondo de nuestros corazones (eso a lo que llaman el niño interior). El camino se hace tan extenso que nuestros mortales ojos parecen no alcanzar el final; pero ese es el punto. Dar los pasos y poner los cimientos para que el camino empiece a ser visualizado y se vayan uniendo cada vez más personas, y no dedicarse simplemente a ese ritmo acelerado y caótico de inmediatez y angustia que han querido enseñarnos. Muy interesante tu publicación. Un abrazo!
Gracias por tu excelente comentario.
Me gusta lo que dices:
Si como adultos damos amor a nuestros niños y adolescentes, podemos combatir de alguna manera esta situación tan delicada a la que hace referencia el post.
Cuando hablamos y le hacemos ver a los muchachos las razones por la cuales deben ejercer cuidado con los medios de comunicación, les estamos dando las herramientas para defenderse. Sin embargo, no deberíamos dejarlos solos, si estamos pendientes y le inculcamos valores sabrán diferenciar las situaciones de violencia o de otro contenido dañino para ellos.