Cuando supe que estaba embarazada mi corazón me dijo que era un varón, mi barriga fue normal, nunca me sentí enferma, iba a mis controles y todo fue normal, cada consulta las esperaba con ansias igual que mi esposo Kelvis, porque lo veíamos con los ultrasonidos, cuando lo vimos formadito fue algo súper, se movía muchisimo era increíble, nuestro medico el Dr. Romero era muy coloquial, bien profesional, excelente medico, nos explicaba cada ultrasonido, y nos los grababa. El CD lo mostrabamos a nuestros familiares. Todo iba excelente. Un dia domingo normal tenia 7 meses de embarazo, compartiamos en familia en casa de mi cuñado, (hermano de mi esposo) sentí un dolor en la parte derecha de mi panza, le comente a mi esposo y lo convencí de irnos a la casa, para ese entonces vivíamos en casa de mis suegros, al llegar sentí la necesidad de vomitar, lo cual hice, pero el dolor se intencificaba mas, le pedí a mi esposo que me llevara a la clínica, cuando llegamos que me examinaron me diagnosticaron con apendicitis. Mi apéndice estaba a punto de explotar, debían operarme de inmediato, esa misma noche me metieron a quirófano, el cirujano el Dr. Montilla llamo a su padre el cual es ginécobstetra, por si tenia alguna complicación, me explicaban que al cortar para extraer la apéndice el útero podría estimularse y podría entrar en trabajo de parto, con siete meses era un riesgo que mi bebé llegara. Padre e hijo empezaron a operarme lo cual me hizo sentir confiada y en buenas manos, mi esposo afuera trataba de comunicarse con mi Doctor (Dr. Romero) pero al parecer estaba fuera del país. Todo salió muy bien, estuve en recuperación un día ...