La Nena de Rosa ,bajaba la escalera, y de pronto sintió que una de las trenzas de sus zapatillas, se rompía. Sentada, mientras arreglaba la cinta, se imaginaba en pleno escenario, bailando como un verdadero Cisne, dejando tras de sí, destellos de luz, para deslumbrar al público, espectador, que al concluir el baile, se desbordaba en aplausos y vítores para la nena de rosa. ¡Cuánta ilusión!
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