Cuando estamos en pareja y vemos que la otra persona comienza a cambiar de actitud sin que encontremos explicación alguna, son muchas las personas que empiezan a olerse –o imaginarse, cuidado– que les están siendo infieles.
- Tiene nuevos hábitos excesivamente puntuales
Si empiezas a observar que tu pareja hace cosas nuevas, como una llamada telefónica o mirar si ha recibido un mensaje, todos los días a la misma hora y sin comentarte nada al respecto de con quién habla...
¿No será que se está amoldando al horario de otra persona? Si lo hace demasiado rápido para evitar llamar tu atención (launque precisamente jugar al escondite a veces es más cantoso) no se cuece nada bueno.
Reloj
- Nueva jerga y expresiones desconocidas
A no ser que tenga nuevos amigos, haya cambiado de trabajo o estéis cansados de escuchárselo decir a algún personaje famoso, que tu pareja comience a utilizar expresiones y vocablos que no había dicho nunca antes, puede ser síntoma de que se las esté “pegando” alguien que ha conocido (y de quien no te ha hablado, claro).
Como dice la doctora Rodman, “si pasa suficiente tiempo con su amante terminará por recoger algunas de sus expresiones”.
- Cambios en su rutina
Si de pronto tiene nuevos hobbies a los que no quiere que vayas, comienza a salir asiduamente un lunes o un martes cuando antes sólo lo hacía durante el fin de semana (y tampoco te invita nunca, ni por disimular), puede que tenga nuevos intereses que no quiere que sepas…
Dentro de estas rutinas, Rodman subraya que puede haber infidelidad “si necesita una ducha tan pronto como entra por la puerta de casa”. Atentos a los nuevos rituales de belleza y el aseo indiscriminado.
- Busca minutos a solas
Por ejemplo, si antes ibais juntos en coche a todas partes y de repente conducir a solas es lo que más le apetece o se excusa en que no le acompañes a tal recado que “tiene que hacer” porque “no te quiere aburrir”.
Tener una aventura puede hacer que la gente se sienta de nuevo joven e impulsiva
De pronto decide hacer en solitario tareas que antes hacíais juntos sin problema y te da la sensación de que quiere deshacerte de ti. Parece que alguien empieza a sobrar en sus planes y tienes todas las papeletas.
- Se comporta como si hubiese vuelto a los 20
Cambios relativamente radicales en la forma de vestir, mostrar un repentino interés por el grupo musical de moda, el festival de turno o el videojuego más descargado en redes sociales. Vamos, que de pronto parece que tuviese unos cuantos años menos.
Rodman explica que “tener una aventura puede hacer que la gente se sienta de nuevo joven e impulsiva y que lleve otras conductas”.
- Te regala lencería o juguetes sexuales
De pronto tu pareja te busca más en la cama porque quiere que te sientas tan bien como está ella. Su infidelidad, como explica la doctora, “ha vuelto a despertar su libido e, irónicamente, le gustaría que hicieran lo mismo por ti”. De ahí que proponga novedades o esté más activa. Aun estando saciada, tu pareja siente “pena” por que no estés viviendo las mismas cosas y tratará de compensarlo.
- Celos repentinos
Si siempre has sido una persona simpática, y de pronto tu pareja ve tus sonrisas y halagos con desconocidos (camareros, vecinos o amigos poco cercanos) como intentos de ligar con diestro y siniestro, puede ser que se esté viendo a sí misma. Como ella está teniendo un romance, empieza a darse cuenta de que “no es tan descabellado que tú también puedas tenerlo” y desarrollar unos celos infundados.
Celos
- Se pone a la defensiva
Si resulta que una amiga común os cuenta que la están engañando, al comentar la situación se pondrá a la defensiva con el tema quitando importancia al acto de infidelidad con los clásicos “no era un matrimonio feliz”, “estas cosas pasan”, “se veía venir”…
“Condenar a los demás significa condenarse a sí mismo”, explica Rodman. Tu pareja evitará que estas críticas puedan recaer sobre su persona en el futuro.
- Es un manojo de nervios (injustificado)
Algunas personas experimentan episodios atípicos de depresión y ansiedad como consecuencia del sentimiento de culpa que les produce estar engañando a su pareja.
Si además de comportamientos extraños, percibimos insomnio, falta de interés por la comida un estado de ánimo triste y melancólico sin explicación alguna, puede que tu pareja esté estresada porque oculta algo.
- Tiene nuevos intereses
Atento si tu pareja comienza a hablarte de temas que hasta entonces no le habían interesado en absoluto y que además no explica muy bien de dónde viene tal interés ni tal cantidad de información.
Puede que esté aprendiendo para agradar a la otra persona o que incluso todo lo que sabe lo haya aprendido precisamente de ésta. Claro que quizás no debería ensayar contigo si se ha aprendido o no “la lección”.
- Se queda en blanco
Cuando uno se mete en un lio de mentiras y engaños, llega un punto en el que puede comenzar a olvidar qué excusas te ha estado poniendo y ponga cara de circunstancias ante la mínima cuestión. “Su cerebro está frito con los detalles de las mentiras y excusas que te ha dicho y hecho”, argumenta Rodman.
Puedes descubrir si son todo mentiras simplemente mirando a tu pareja a los ojos, encontrarás esa “mirada lejana y vacía” del que no sabe de dónde sacar más
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