Por diversas circunstancias, y por mi estilo de vida, siempre fuiste “ajena a mí”, a pesar de tus conquistas cercanas, incluso de "parientes "; como consecuencia reste importancia a tu existencia por mucho tiempo, incluso pensé que no me importaba realmente si tocabas mi puerta algún día.
Pero estaba equivocado, te subestime erróneamente. Comencé a notarlo hace un tiempo atrás, cuando te vi cerca, muy cerca de mí una tarde, en ese momento me di cuenta de que debo y quiero recorrer un largo camino para hacer muchas cosas antes de nuestro encuentro.
Curiosamente, fue gracias a la carrera que escogí que me hice consciente de la magnitud de tu existencia, al ver el dolor, el sufrimiento, la desesperación, la desolación y el sufrimiento que dejas a tu paso, la cantidad de capítulos inconclusos que quedan en las vidas de quienes se encuentran contigo.
No te odio, eres parte necesaria de la existencia, eres lo único que realmente tenemos garantizado. Pero gran parte de mi vida se basara en una danza, en un juego de ajedrez que tendremos tu y yo, algunas batallas serán para mí, otras para ti, lo sé, pero daré todo por el todo para evitar que el dolor y la pena lleguen prematuramente, trataré de que muchos alcancen sus metas y concluyan muchas historias y pasajes de su vida antes del último momento. Esa será parte de mi misión, hasta el día de nuestra propia cita.