Érase una vez los rizos más bonitos de toda España. Pero no eran unos rizos normales, eran unos rizos con poderes mágicos. Capaces de enamorar y dar calma a todo aquel que los tocaba. Por la noche, cuando la luz de la mesita de noche ya no alumbraba, las estrellas cantaban y la luna salía de fiesta, cuentan que estos rizos concedían un deseo. Cuentan, que quien poseía estos rizos no era consciente de ninguno de estos poderes. Quizá... Quizá por eso le gustaban los amaneceres, quizá por eso los odiaba yo. Porque nunca encontre deseo más preferible que despertar junto a estos rizos.
Pero no creáis que estos rizos solo solían hacer eso. También cantaban comparsas de camino a Granada y cocinaban pasta mejor que un italiano. Incluso sabían escuchar y escribir los mejores mensajes del mundo. Y aunque ellos pensaban que sus habilidades no eran las más bonitas del mundo entero, yo sabía que no lo entendían porque no se veían como yo lo hacía. Y os juro que eran tan bonitos como sus ojos, su risa, su alma. Casi tan bonitos como la forma que tiene de quererme, de mirarme, de hablarme, de cuidarme.
Rizos, siento haber enviado aquel mensaje, ese uno de agosto. Lo siento. Y no estoy pidiendo perdón. Estoy diciendo que lo siento. Que siento como la vida me corre por dentro desde que te conocí, puedo decir que tengo dos pies derechos porque desde que amanezco a tu lado es imposible levantarme con el izquierdo. Siento la alegría acariciándome las mejillas cuando me miras, siento la calma de los primeros días de vida cuando me abrazas, y siento el miedo cuando sé que no te veré en un par de horas. Y por algo será, porque he empezado a vivir desde que empiezo a contar unos de agosto contigo. Uno, uno, uno... Siempre seras mi número favorito, mi cuento favorito, mi chico favorito.
Feliz aniversario amor, feliz uno de agosto.code