La Voz Bautista 43:10 (octubre de 1951), publicación bautista chilena, Honorio E. Espinoza, Director. Temas claves:
Pág. 2, 8: “El creyente, la iglesia y la tesorería” (R. Sambrano)
Pág. 3–4: “Corea ante los ojos del mundo” (Dayton Roberts)
Pág. 5: “Lo que es la fe”
Pág. 5: “La cruz de un pastor de almas”
Pág. 7, 10: “Nuestra insignia” (Rubén Leal)
Pág. 9–10: “Edificando con Dios”
Pág. 11: “Levántate y anda” (E. Báez)
Pág. 11: “La envidia” (C. G. Chappell)
Pág. 12: “¿Es realidad el reino de Dios?” (E. Stanley Jones)
Pág. 13: “El cristianismo y la regla de oro” (Emilio Brunner)
Lecciones de Escuela Dominical (a cargo del Pastor A. Olmedo)
Pág. 14–15: “Abraham, el explorador de Dios”
Pág. 15–16: “Jacob recibe la promesa”
Pág. 16–18: “La parte de José en el plan de Dios”
Pág. 18, 23: “Los hebreos en la esclavitud”
Pág. 23–24: “La necesidad del cristianismo en el hogar" (A. Pereira Alves)
Páginas 2 y 8 reclama sobre la mezquindad del chileno en no dar ofrendas y diezmos. Página 10 toca el mismo tema.
“Conozco a algunos que dicen tener su propio plan para el sostén de la obra. Bueno, demás está decir que estos son enemigos irreconciliables del diezmo. Cuando se toca el tema arguyen que eso es legalismo, judaísmo, pero nunca cristianismo. Leen tan poco la Biblia y, si la leen, la interpretan tan convencionalmente que no han descubierto aún que el diezmo, como el plan de Dios, es ley, sino principio pues existió antes de que Israel fuera pueblo y antes que naciera Moisés (Gen 14:20; 28:22) Hablando de la obra en general, no se inquietan por sus urgentes necesidades. Total, dicen, la obra del Señor existe y progresa. No hay duda de que la obra evangélica bautista existe, pero también los mendigos, los cojos, los mancos y los tuertos existen. Solo que a diferencia de los normales, la vida de estos es una vida de zozobras, de quebrantos, de agonías, de miserias". (página 2)
"El plan de Dios es que el cristiano consciente de su responsabilidad mire el sistema del diezmo no solo como un legalismo judaico, ni tampoco como la meta o fin de nuestras contribuciones, sino que el diezmo para que traiga bendiciones al creyente, a la Iglesia y a la obra en general, debe ser lo mínimo, el principio desde el cual partamos hacia una contribución siempre mayor. No es necesario discutir si el diezmo es asunto de la ley bajo la dispensación de la gracia. Descartaré todo eso con la declaración de que es inconcebible desde el punto de vista de la Cruz que dé alguno bajo la gracia menos de lo que los judíos daban bajo la ley". (página 8)
Página 5 ofrece reflexiones sobre la fe y el pastor verdadero.
“Si predica sobre el diezmo, está bajo la ley, pero si hay déficit es culpa suya. Si es sociable le encarnecen, y si es serio es un león. Pero el pastor consagrado no se desalienta; aprende a ver en estos las flores del camino, los títulos que le acreditan para ganarse un sitio de honor en el reino de los cielos". (página 5)
Lo que es la fe
"La llave que abre todas las puertas, el buque que cruza todos los mares, el puente que salva todos los abismos, la luz que disipa todas las tinieblas, la miel que dulcifica todas las amarguras, el fuego que consume todas las escorias, la medicina celestial que cura todas las enfermedades del alma. En una palabra, la fe es la inmensa escala de Jacob que con un extremo toca la tierra y con el otro, el cielo sirviendo así de solido enlace entre este mundo y el otro, entre las cosas visibles y perecederas y las cosas invisibles e inmortales, entre la vida presente y la vida futura, entre la humanidad y Dios". (página 5)
Páginas 9-10 nos alienta tener la fuerza para seguir con la obra del Señor. No servimos mejor a él postrados. Las dificultades económicas tampoco son razones para estar postrados, dice página 11.
"La esclavitud económica es un paso hacia la “incapacidad” de vivir, y de ser dueño de sí mismo. Y como añadidura le sigue la falta de altivez del esforzado; la serenidad para afrontar los contratiempos; le domina el miedo, la incertidumbre, que aniquilan la voluntad. Y allí están postrados, indecisos, esperando la mano ajena que les dé, los que ellos deben obtener. Es una incapacidad moral creada artificiosamente [sic], algo así como un hábito que termina por no ser nada. Para tales casos el Evangelio tiene un mensaje de aliento “Levántate y anda” Pero un mensaje que apela a la fe del alma que cree; a echar mano de esas reservadas del espíritu que cada ser humano lleva en si para emplearlas en los duros trances que nos depara la vida". (página 11)
Página 12 habla del reino de Dios siendo "trascendente tanto como inmanente" y "es la invasión divina y la inmanencia divina" que "[e]stá más allá del Tiempo...[que] funciona dentro del Tiempo".
Página 13 comenta que Jesús no meramente vino para establecer una regla de oro. Muchas religiones tiene algo similar. Vino para salvar a su gente por medio de la fe y experimentar el amor eterno.
En páginas 23-24 vemos una tendencia a apoyar al marxismo por pastor chileno Alves, quien habla favorablemente de ese filosofía dentro de un artículo destinado a alentar a la gente practicar la adoración familiar en el hogar, sin dejar en un rincón de ello la Biblia sin leer.
“Probablemente esta falta de religión en nuestros hogares, sea la principal causa de muchos de los males de nuestros días. Hoy tenemos más iglesias y templos cristianos que en cualquier otra época pasada, no obstante eso, la situación moral y económica de nuestra civilización es sumamente anticristiana. Divorcios, escándalos sociales, crímenes de todas las clases abundan en nuestro medio social. Nos llamamos cristianos, sin embargo, tenemos un sistema económico que fomenta la desigualdad absurda en la posesión de las propiedades. Unos cuatro avaros acaparan tierras, fábricas y talleres y explotan inicuamente a millones de trabajadores. Tenemos templos preciosos, con altares adornados con joyas de mucho precio, mientras que por nuestras calles anda mendigos andrajosos y niños descalzos y hambrientos. Dentro de esas iglesias donde hay tanto lujo superfluo, se forman “grupitos” de los que se dicen de “sociedad” que oran a Dios en el templo y sirven al diablo, cuando dejan el sagrado recinto”.' (página 23)
"Todo lo expuesto por Wagner es una gran verdad. El hogar es el cimiento sobre el cual se puede construir el hermoso edificio de la moral cristiana, cuando tengamos muchos matrimonio viviendo como fieles seguidores de la doctrinas de Cristo, y tratando de inculcar en sus hijos tan bellos principios, entonces este mundo cambiará radicalmente. Hogares en los cuales se practica la moral y se viva honestamente, como aquel de Nazaret, donde se crió Jesús, es lo que más necesitamos en nuestros días". A. Pereira Alves. (página 24)