Tim Lawrence, psicoterapeuta y periodista, escribió un artículo en el cual narra cómo se puede apoyar a una persona en tiempos difíciles. Advierte que hay que tener mucho cuidado con las frases que se acostumbran a pronunciar como señal de apoyo ya que pueden lastimar aún peor.
Tim, quien sufrió pérdidas de sus seres queridos a temprana edad y sabe lo que realmente necesitamos en momentos como este.
Escucho cómo un amigo mío, un psicoterapeuta, habla de su paciente. La señora sufrió un terrible accidente, ella siente un constante dolor y sus miembros están paralizados. Escucho esta historia diez veces pero cada vez que me asombra un detalle, mi amigo me dice que esta tragedia llevó a la pobre mujer a cambios positivos en su vida.
«Todo pasa por algo», estas fueron sus palabras. Me soprende cómo esta banalidad se arraigó tan profundamente incluso entre los psicoterapeutas. Estas palabras duelen y duelen mucho. Quiere decir que el accidente hizo que la señora creciera espiritualmente. Y yo creo que es una completa tontería. El accidente arruinó su vida y sus sueños, eso fue lo que pasó, y no tiene absolutamente nada de positivo.
Lo más importante, esta actitud nos impide hacer lo único que debemos hacer cuando tenemos problemas: llorar y sufrir. Mi profesor Megan Devine se expresó al respecto: «Hay algo en la vida que no se puede arreglar. Y sólo puedes superarlo».
Sufrimos no sólo cuando algún ser querido fallece. Nos deprimimos también cuando nos deja la persona amada, cuando se arruinan nuestros sueños, cuando padecemos de graves enfermedades. No puedes reparar o corregir la pérdida de un hijo o la traición de un ser querido, sólo puedes superarlo.
Si te ocurrió una desgracia y alguien te dice las siguientes frases triviales: «todo lo que ocurre, sucede para bien», «esto te hará mejor y más fuerte», «fue el destino», «todo pasa por algo», «hay que asumir la responsabilidad de tu vida», «todo estará bien»; con toda la confianza del mundo puedes eliminar a esa persona de tu vida.
Cuando le decimos esto a nuestros amigos y seres queridos, incluso con las mejores intenciones, les negamos el derecho de experimentar el duelo, de sentir tristeza y frustración. Yo mismo pasé por una gran pérdida, y cada día me siento culpable de estar vivo mientras que mis seres queridos ya no lo están. Mi dolor no se fue a ningún lado, sólo aprendí a enfocarlo bien, trabajando con mis pacientes, y aprendí a entenderlos mejor.
Pero nunca, bajo ninguna circunstancia, se me hubiera ocurrido decir que esta tragedia fue un regalo del destino que me ayudó a crecer espiritual y profesionalmente. Decirlo significa pisar los recuerdos de las personas que perdí demasiado pronto, y de todos aquellos que enfrentan tal desgracia y no saben cómo lidiar con ella. Y no voy a fingir que para mí ha sido fácil, que soy una persona fuerte o que me volví «exitoso» porque «supe asumir la responsabilidad por mi vida».
La cultura moderna trata el duelo como un problema que necesita ser solucionado, o como una enfemedad que necesita un tratamiento. Hacemos todo para amortiguar el dolor o transformarlo. Y cuando te encuentras con una desgracia, las personas alrededor sólo te dicen frases trilladas.
Entonces, ¿qué les puedes decir a tus amigos o familiares cuando están en problemas graves en lugar de «todo pasa por algo»? Lo último que necesita una persona abrumada por su desgracia es un consejo. Lo que sí necesita es tu comprensión.
Dile a la persona que sufre lo siguiente: «Yo sé que esto duele. Estoy aquí, estoy contigo».Esto significa que estás dispuesto a estar a su lado y sufrir junto con tu ser querido: y este es un apoyo muy poderoso.Para las personas no hay nada más importante que ser comprendidas. No requieres ninguna habilidad especial o preparación previa, sólo se trata de estar al lado de esa persona y permanecer ahí tanto tiempo como ella lo necesite.Sólo acompáñala. Acompáñala en su dolor incluso si te sientes incómodo o te parece que no estás haciendo nada útil. En realidad, precisamente cuando te sientes fuera de lugar, hay que hacer un esfuerzo y seguir al lado de esa persona.«Sé que estás sufriendo. Estoy contigo».Son tan pocas las veces que nos permitimos entrar en esa área gris del terror y el dolor, pero es ahí donde se ocultan las raíces de nuestra sanación. Las heridas empiezan a sanar cuando hay personas que están dispuestas a acompañarnos.Te pido que lo hagas por tus seres queridos. Tal vez nunca lo sepas, pero tu apoyo será algo invalorable. Y si algún día estás en problemas, busca a esa persona que esté dispuesta a estar a tu lado. Te garantizo que la encontrarás.Los demás se pueden ir, no necesitas frases trilladas.