COMO SER UN VENCEDOR

Si algo el mundo ve en nosotros y anhela, es por lo que está en nosotros, adentro y no afuera. El
hecho que vino a habitar en nosotros, no hace que el mundo gire alrededor nuestro. No porque
vemos cosas como las que vio el burra de Natán, se trata de nosotros. Mira las puertas que se abrieron, mira
lo que sucede. No es por nosotros, es por su gracia, es por su vida en nosotros, es porque lo ven a
Él.

Necesitamos caminar en el propósito por el que fuimos diseñados y creados. Dios siempre quiso
una creación que declare y refleje lo que Él es. Dios no te alcanzó porque no tenías valor. Dios te
alcanzó para grandes cosas. Él quiere que lo manifiestes. Él quiere que seas el medio a través del
cual Él pueda darse a conocer en el mundo. Por eso naciste como un vencedor.

Eras una célula insignificante, llamada espermatozoide, microscópica, y el día de tu concepción tú
tuviste una competencia contra 250 millones iguales que tú. La primera competencia que ganaste
para tener derecho a la vida natural. Recorriste un túnel oscuro, todavía no habías dado con el
objetivo. Algunos llegaron antes que tú, pero se quedaron ante la meta frente a una pared, pero tú
llegaste y te metiste en el óvulo de tu madre y se concibió la vida. Por una célula victoriosa, que
ese día se ganó el derecho a vivir.

Un día entendiste que así como había una vida en lo natural, te sumergiste en Cristo para tener
una vida en Cristo, allí fuiste encontrado por el Padre para hacer las obras del Padre en Cristo.
Dios no nos alcanzó simplemente por alcanzarnos. Sino para que seamos útiles para cumplir ese
propósito eterno. Nos trajo a existencia por causa del propósito eterno. A partir de hoy comienza a
manifestar a Cristo en ti, que tu compromiso sea pleno para que Cristo sea el todo en todo.

Jesús le pudo decir a sus discípulos y hoy no los dice a nosotros, en el mundo tendréis aflicción; pero confiad yo he vencido al mundo.

por eso te digo hoy que si quieres, tu también ser un vencedor, hoy es el momento, solo tiene que, decirle. Enseñame, oh Jehova, el camino de tus estatutos, y los guardare hasta el fin. Dame entendimiento y guardaré tu Ley, y la cumpliré de todo corazón. Guíame por las senda de tus mandamiento, porque en ella tengo mi voluntad. Inclina mi corazón a tus testimonios, y no a la avaricia. Aparta mis ojos que no vean la vanidad; Afirmarme en tus caminos.

y veras, que tu también, seras;UN VENCEDOR.

AMEN.