Cuando En un Arte Competitivo se logra Equilibrar, fuerza, técnica, destreza y cuerpo y alma entre otras, el dominio artístico en escena es incomparable, el fracaso del día a día es la energía vital para poner a rodar el motor de la fortaleza que tu cuerpo, la incomparable sensación de caer de una cargada sin antes haberla realizado es un patrón normal para cualquier persona, para nosotros esa sensación de realizarla es una adrenalina y en vez de pensar en caer, solo pensamos en volar.
Por supuesto el utilizar nuestros miedo a favor, no nos hace perfecto, pero si es la forma de distraer nuestra mente para arriesgarnos a intentar realizar nuevos elementos, como todo al comienzo casi todo sale mal pero con medida que pasa el tiempo y se repiten y repiten los elemento nos van dando una seguridad para ir ejecutándolos cada vez mejor
Si utilizamos la fuerza con extrema sutileza complementaremos una fuerza técnica. Esta es la que hace que los elementos se muestren como si realizarlos es fácil, y todos querrán intentarlo por lo cómodo que se ve al ellos ejecutarlo, lograr demostrar una fuerza técnica no es Fácil, esto nos toma gran tiempo de ejecución, horas de sudor, dolo y sudor. Pero cuando se consigue lograrlo la satisfacción borra todas las espinas que se encontraban en el camino
Pero Cuando todas las habilidades se logran unificar, el resultado de la destreza y la entrega del cuerpo y alma no dan una maestría espiritual deportiva y el trabajar nuestros movimientos en cualquier entorno se nos hace cómodo, porque nos sumergimos en todo nuestro ser y fluye como al natural como respirar. !
Para mí la perfección es un mito, pero lograr esta maestría. Es Lo Más CERCANO