Mi nombre yace bajo las mentiras de un pueblo alejado de las manos de un Dios indiferente ante sus mismos actos, los únicos males que pude ocasionar a la humanidad fue la misma existencia, tan sólo ocho inviernos se lograron presenciar, pero esta nunca fue mi historia, mucho menos las de mis hermanos que anteriores a sus muertes simplemente fueron juguetes, aunque tampoco sea la historia de una madre que entre lágrimas tomaba los cuerpos descuartizados de sus hijos que sólo sonreían en las puertas de sus hogares, mi ideales siempre fueron la libertad, ¿Pero de qué sirve la libertad despuésde la muerte? Aunque desmedida sea la crueldad ante mi pueblo oprimido por diferencias insignificantes, sonrío por aquellos que se encuentren a mi diestra en el reino prometido, no fui un soldado, no fui un rebelde, no fui un político, mucho menos un asesino, simplemente obtuve la desdicha de arribar en un tierra "prometida", los valores inculcados en el hogar solamente diferenciadas por lo bueno y lo correcto, mi historia se narra a través de aquel estudiante que jamás logro llegar al hogar, de aquella madre que esperaba con mucho amor al estudiante que jamás llegó, aquel esposo que observó mientras su compañera de vida era violada ante sus ojos, esta historia aún se escribe mientras los hogares de millones de personas viven entre la ignorancia publicitaria de los medios americanos, aunque nunca fui Charlie, aunque jamás insultó una deidad, aunque tal vez no seré los cuarenta y tres estudiantes mexicanos que nunca lograron la libertad, ni tampoco sea Catrileo, Lemun, Meliano y Collio, jóvenes mapuches asesinados por el estado Chileno, aunque tampoco sea Ernesto Femenia indígena Qom muerto por desnutrición en argentina injusticias aún sin 
resolver, esta noche también seré aquellos ciudadanos palestinos masacrados y silenciados ante el mundo, no espero un minuto de silencio, tampoco espero una falsa compasión de aquellos que defienden al enemigo, mucho menos lágrimas hipócritas de aquellos que juzgaron sin autoridad, sólo espero una libertad sin muerte, una paz ante mis hermanos que defienden los derechos, un silencio que grite sin miedo alguno, sólo espero un amanecer sin muertes, aunque tal vez no seamos aquel pueblo escogido por Dios, aunque por miedo a la verdad sigamos de rodillas ante habladores, este día nuestra historia se encuentra bajo tierra, jamás perderé las esperanzas de un mundo mejor para aquellos que aún respiran un aire no tan fresco y amaneceres perfumados de sufrimiento, esta nuestra historia, que por ser de una tierra lejana no es menos importante que las fantasías que relata Disney, aquellos pueblos que permanece dormidos ante la realidad de sus hermanos, mueren lentamente a los pies del opresor.
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