Camino pensando mucho, cuando solo debería caminar.
Cuando solo debo dar pasos y continuar, me detengo al lado del camino a observar.
Me estaciono en el tiempo mientras leo un libro.
Me anclo al lado de la carretera para acompañar aquél árbol solo.
A veces solo miro y miro sin saber a dónde.
Y me doy cuenta que de tanto hacer, no hago lo que vine forjar.
A veces de tanto no andar las horas no pasan.
Y justo allí no solo se estanca el tiempo, sino también mis sueños.
Y no hay forma de justificar tanta espera.
No existe razón alguna para mi estadía la parada.
Entonces allí me dice el viento que le siga.
El sabio viento que no se detiene.
Porque el objetivo de la vida es volar lo más alto sin frenar.
Tocar el frío en la cima.
Llegar al cielo azul color mar.
Sonreír cuando estés arriba y disfrutar cuando la escarpada escalar.
Prometo no inmovilizarme más. Por lo menos no por mucho tiempo.
Porque la llegada no se logra esperando.
La llega se construye andando.