Excelente narración contada en primera persona protagonista, que quien la lee, se sumerge en ella haciéndose participe de la historia, sintiendo lo que padece el protagonista del relato. Además, a través de los objetos descritos que va encontrando como el sombrero, el agua, los frutos secos y la mochila, le van aclarando un poco el panorama, aunque no del todo, pues lo vemos cuando él trata de dialogar con su cerebro, haciéndole preguntas sin respuestas. Realmente fascinante este relato.