- Hola mamá. Buenos días - Le dije mientras le acariciaba suavemente la espalda para despertarla. Ella abrió los ojos lentamente mientras la luz, que entraba por la ventana, se reflejaba en el color café de su mirada. Se veía hermosa. Sonrió y me envolvió en las sabanas blancas y suaves de su cama. Yo reí y le susurré:
- En treinta minutos inicia la primera clase del instituto. ¿Me harás el desayuno? - Sabiendo lo importante que era para ella preparar todo en las mañanas para mi, especialmente hoy. Ella se levantó de golpe, toda despeinada.
- ¿¡Qué hora es!? - exclamó, mientras me miraba con sus ojos grandes.
- Las 8:30 mamá -
Se levantó de un salto y corrió a la cocina. Yo fui tras de ella.
- Comando: Sandwich integral con mantequilla, queso, jamón, lechuga, tomate, mostaza, ketchup. Iniciar - dijo amablemente al asistente virtual de nuestra casa.
- Proceso iniciado. Le recuerdo Laura, que puede hacer uso de los comandos Frecuentes. - le respondió el asistente, al que por cariño llamábamos Sato.
Reí. A lo que ella respondió - Si lo sé Sato, pero me gusta pasar lista, eso me ayuda a entrenar el cerebro. Comando: Mocaccino, poca azucar. Iniciar. Comando: Jugo de Naranja sin azúcar. Iniciar. -
- Ambos procesos iniciados - dijo Sato.
- Mamá sería mucho más sencillo si me dieras autoridad con Sato para poder dar los comandos y que tu sigas durmiendo.-
- No, ni lo pienses. Sé la clase de dieta que debes llevar y debo ser yo quién te aliste para el instituto. Soy tu mamá.- me respondió, mientras recogía sus rizos a un lado de la cabeza.
- Está bien, pero un día de estos, levantarte tan rápido va a hacer que te dobles un tobillo. - le dije, mientras me miraba en el espejo, revisando, una vez más, que mi camisa gris estuviese perfectamente planchada, mi corbata azul perfecta, mis pantalones blancos impecables. Zapatos pulidos.
Respiré profundo. Hoy es mi primer día en el instituto para jóvenes sobresalientes de la capital del este. Es un instituto al que asisten jóvenes de todo el mundo con los mejores coeficientes, habilidades, aptitudes y actitudes para desarrollarse en distintas áreas: como la ciencia, las artes, tecnología, entre otras. Todo lo que pueda ser creado, estudiado y analizado es una materia en el Instituto Minds. Y yo, Axel Trust, había sido seleccionado después de un largo proceso de postulaciones, entrevistas, pruebas especiales, exámenes médicos, más entrevistas en grupos, individuales, en pares... ¡Uff! Ha sido un proceso largo. Lo he disfrutado, pero también debo decir que ha sido bastante estresante. El día que Sato me lo dijo, al tiempo que me daba mis píldoras azules junto al jugo de naranja sin azúcar que tomo todas las mañanas, fue verdaderamente lo más excitante de mi corta vida hasta ahora.
Tengo 16 años, pero siento que los últimos dos años me han hecho envejecer diez.
- Procesos finalizados, buen apetito a los dos. Axel no olvides tus píldoras - dijo Sato, amablemente como siempre. Ya lo sentía parte de la familia. Su voz siempre me tranquilizaba en las mañanas, en el proceso de captación de Minds, cuando llegaba del colegio luego de las típicas peleas en las que me metía, incluso cuando murió papá... En ese tiempo, creo que sin Sato mamá y yo no habríamos podido reponernos. A pesar que no tenía una forma física palpable, sentía su presencia, su cariño, su amor, su compañía. Quiero mucho a Sato, no es cualquier asistente virtual.
En nuestra mesa plateada con pequeños recortes triangulares de espejos, mi mamá colocaba mi desayuno y su Mocaccino. Se sentaba a la mesa, su hermosa sonrisa se dibujó al momento que vió que me senté en la mesa con mi uniforme. Leyó en voz alta el nombre bordado en mi camisa, cerca de mi corazon.
- Axel Trust, entrenante. 16. Instituto Minds. -
Emocionada gritó fuerte. Una lágrima se asomó tímidamente en su mirada. Respiró profundo y dió un sorbo a su taza. Aclaró su garganta y dijo:
- Roy estaría muy orgulloso. -
Yo miré mi reflejo en el espejo del refrigerador. Me sentí adulto, feliz, completo. De pronto sentí que iba a empezar a llorar, así que para no hacer una escena, tomé mis píldoras, dos tragos de mi jugo de naranja y devoré mi sandwich.
- Sato, ¿a qué hora pasa el próximo Flax? - pregunté.
- En 1 minuto y 10 segundos, Axel, mejor apúrate. -
Dejé lo que quedaba de mi desayuno y salí corriendo de la cocina, fuí a mi habitación. Tomé mi maletín y mi pulsera de estrella, un amuleto especial que me había dejado mi padre. Al salir de mi habitación, mi madre estaba con mi tarjeta I.D en la mano, me la entregó. Me dió un beso y dijo:
- Te amo más que a nada. Mantén comunicación. -
- Si - sonreí. - Adiós Sato. -
Tomé mi I.D y bajé corriendo hacia los transbordadores al Flax que cerraban en 15 segundos. Al montarme en el transbordador de forma cilíndrica y paredes transparentes, noté las miradas de las demás personas. Los jóvenes cuchicheaban entre ellos, impresionados por mi uniforme. Una señora, muy anciana, se me acercó sonriente, y dijo:
- Felicidades muchacho. -
Me sentí poderoso, pero mis palabras no salían, luego de tragar saliva le dije tímidamente:
- Gracias señora. -
Se escuchó una voz femenina
- Buenos días pasajeros, iniciando proceso de abordaje al Flax. Feliz día. -
El transbordador, de un sólo golpe subió a los cielos. A pesar de haber abordado un Flax muchas veces durante el proceso de captación, no me acostumbraba a que no se sintiera nada al ascender. Miré hacia abajo y ví las edificaciones volverse más pequeñas. Apreté la estrella dorada en mi pulsera. El transbordador se detuvo en una plataforma que vibraba un poco, era el puente al Flax. El puente, debido a la extrema altitud, estaba rodeado de paredes de un plástico especial orgánico genéticamente alterado que, a través de un proceso nanotecnológico, permitía las funciones biológicas naturales de los humanos a esta altitud.
Los demás pasajeros y yo salimos del transbordador y caminamos por el puente. Las puertas del Flax se abrieron y dije:
- Por ti papá, seré el mejor siempre. -
Se cerraron las puertas y empezó mi recorrido.
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gaman (-5)(1) 6 years ago
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