Por lo regular tendemos a subestimar el poder de las palabras, muchas veces las pronunciamos y no sabemos su significado real, solo repetimos como grabadoras programadas. En ocasiones podemos usar palabras que no son correctas en el contexto, pero como las oímos constantemente en las calles o en las redes sociales, se vuelven virales y pasan a formar parte de nuestro léxico, un léxico que cada vez se reduce mas y mas, porque se usan solo las palabras que están de moda en el momento, y una vez transcurrido su tiempo se borran y se usan las nuevas, llegando al punto que una sola palabra puede tener hasta 10 significados distintos.
Esto conlleva a que las conversaciones se vuelven cada vez mas monótonas, se repite lo mismo que dicen unos pocos y cada vez más se usan temas superficiales en las conversaciones, con el pasar del tiempo hemos pasado a usar imágenes para comunicarnos, y no siempre esto es asertivo. Además que con la proliferación del valor que tienen en la actualidad las redes sociales, nos hemos vuelvo mas ególatras nos concentramos en nosotros más que en los demás, lo cual no es del todo malo pero si estamos más concentrados en lo que decimos que los que no dicen, lentamente se irá perdiendo la capacidad de conversar.
Hay que tener en cuenta que conversar no es igual a hablar, en la actualidad se habla más de lo que se conversa, esto debido a que en gran medida no hay un intercambio de información, y no puede haber conversación de esa manera, y al no haber una conversación se pierde el intercambio de ideas, y lentamente si se sigue en esta ruta se irá perdiendo la capacidad de tener ideas propias, porque es mas fácil regirse por lo que dicen los demás, lo que dicen los carismáticos y populares, pensar de manera distinta a como dicen esos lideres carismáticos, es ser juzgado y criticado, todos tenemos miedo al rechazo y si pensar diferente es ser rechazado es mejor no pensar, pudiese ser la conclusión lógica.
Pero todos tenemos algo que aportar ideas que merecen ser oídas, no debemos dejar que el miedo nos gobierne, porque las ideas al igual que las palabras tienen un poder mayor del que se le atribuye, una idea puede destruir y construir el mundo, lo que nos rodea fueron ideas en su momento, vivimos de las ideas que otros han tenido, en un principio se les juzgo y los rechazaron, pero eso no les impidió concretar su idea. Vivimos creyendo que somos especiales, pero no lo demostramos dejamos pasar el tiempo, esperando que ocurra algo y no buscamos concretar nada, las ilusiones son nuestro día a día, el éxito se nos hace esquivo, lo vemos como si fuera un derecho divino que solo los elegidos pueden obtener, pero no es así.
Mas allá de las virtudes y defectos con lo que nacemos, siempre tendremos la elección de cómo vivir, hay quienes tienen grandes potencialidades para ser atletas, pero nunca la fomentaron y se estancaron, otros que no tenían ese talento llegaron más lejos, porque no se trata de que posees si no como lo utilices, al igual que las ideas si se tienen y solo se quedan almacenadas en tu mente no llegaran a ningún sitio, se quedaran estancadas ahí, esperando algún día ver la luz, pero por el miedo a expresarlas quizás no la vean nunca. Es el momento de dejar de vivir de ideas ajenas y tomar en cuenta las nuestras como importantes, tener ideas tangibles y rodear con ellas nuestro mundo, y quién sabe si algún día tus ideas podrán transformar el mundo de los demás.
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