Eso que vemos y eso que quisiéramos ver.
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El atardecer es ese sigiloso momento en donde las tinieblas de la noche coquetean con la luz del día que muere, se mezclan creando algo tan grandioso que es imposible no querer ver, pero, ¿Qué es lo que vemos?
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Un atardecer
Mezclado en el hoy
Y en el ayer
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Vemos colores que profundizan lo grande que es el cielo, algunos se pierden en el fuerte azul que por instante se vuelve morado o en el rosado que se va haciendo grande, tornándose naranja olvido y rojo recuérdame. Pero, hay quienes ven el cambio de antorcha, el día entrega su jornada de trabajo a la noche que va llegando serena y sumisa, queriendo llenar de esa calma a todos lo que pretende vigilar.
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Algo que llega en la partida de eso que se marcha.
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Para mi es arte, un atardecer siempre es una pincelada del creador en persona, que baja desde lo alto y comienza a crear su arte, ese que te dice tanto y a su vez no te dice nada, ese que calla mientras habla, que observa mientras cierra sus ojos (¡Vaya arte!) Es de tonto no apreciarlo, ya que esconde tanto, aunque sea tan visible, pone a prueba la esencia del ojo humano, eso que nos hace ver una majestuosa obra de artes, en donde solo otros ven basura.
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Me despido diciendo que, pese a que el arte naciera para llegar a todos, son pocos los que aprecian su verdadera propiedad y se sumergen en él, buscando ese equilibrio que tanto anhelan hallar y los que lo encuentran, nunca vuelven a ser lo que eran.