Aquí mi participación de ésta semana en el concurso organizado por @rahesi. Si les interesa conocer esta iniciativa y sus reglas, les invito a ir al siguiente post.
El mundo de los humanos era aterrador.
Por miles de años se habían mantenido ocultos, y por un error amenazaba con destruir lo que su raza construyó por tanto tiempo. Quizá si no hubiese saltado a la mochila de ese niño impulsado por la curiosidad; si tal vez no hubiese tenido deseos de conocer el monstruo que atemorizaba a los gnomos desde su nacimiento, entonces estaría a salvo. Pero no era así.
Conocía muchas leyendas sobre los humanos. La mayoría de ellas hablaba sobre su increíble y casi irracional método de destruir aquello que desconoce y atemoriza. En un pasado casi olvidado, los gnomos convivieron con ellos, hasta que descubrieron su verdadera naturaleza. Desde entonces tenían una vida a escondidas, tomando como ventaja su peculiar tamaño.
Ese día tan pintoresco los ruiseñores cantaban alegres sobre lo más alto de los árboles. Un grupo de humanos se había aventurado hacia esas laderas. Pasaron todo el día explorando los alrededores hasta que decidieron acampar. Lo había visto todo, escondido entre los matojos. Le habían contado tantas historias sobre esos titanes que le parecía inimaginable ver uno con sus propios ojos. Se acercó a ellos mientras dormían y entró a la mochila del más joven que yacía abierta. Inspeccionó algunas pertenencias que para él eran desconocidas. Fue tanto su entusiasmo que no se dio cuenta de la llegada del alba. Las voces humanas retumbaron entre el claro y pronto se vio atrapado e inmóvil en una bolsa que se bamboleaba con cada paso que el individuo daba.
«Inmóvil, quédate inmóvil» Se decía, pues era lo primero que le habían enseñado. Siempre que se viera atrapado, debía mantenerse tan quieto como el tronco de un árbol. Tenía cierto don para estar tranquilo y no perder la calma, así que eso hizo.
Cuando un extraño sonido hizo que la luz entrara a la oscuridad del morral, observó un rostro muy similar a los suyos pero en grandes dimensiones. Se mantuvo quieto, incluso cuando el humano lo sostuvo entre sus manos con sorpresa. Inmediatamente este profirió un grito muy desagradable a su oído.
—¡Mamá! ¡Encontré un gnomo de jardín!
No supo en qué momento, pero se hallaba decorando un jardín muy pintoresco de dalias y margaritas. En todo ese tiempo se mantuvo paralizado, observando con temor las costumbres humanas. Los suyos tenían razón.
¿Cómo escaparía? No lo sabía, mas debía hacerlo.
Espero que pueda escapar antes que los humanos se den cuenta de que está vivo y es real. Gracias por compartir este divertido relato @adrianaysm :D
Gracias a ti por leerlo :3 Es genial participar en este concurso.