Saludos! Acá dejaré una pequeña anécdota no muy cotidiana pero de esas que te ponen a pensar sobre lo que nos rodea.
En cierta tarde, iba camino al museo de mi ciudad a dar un curso básico de fotografía a un amigo que estaba entusiasmado en aprender, hablamos por teléfono y quedamos en vernos a medio día allí en el museo. Ya llevaba mi cámara, iba caminando las cuadras que correspondían entre el tráfico y el agite que caracteriza los centros de las ciudades, evitando policías porque a pesar de no tener visible la cámara, les podía provocar pararme (y como decimos por acá) se podían enamorar de mi cámara y prefería evitar un mal rato.
Ya liberándome de la convulsiva ciudad por la hora pico voy entrando al Museo y buscando al aprendiz de la fotografía veo a unos zamuros merodear en las alturas, entonces, me topé con una "gran coincidencia" (así le sigo llamando) un gran y "flamante" zamuro posado sobre la figura de Cristo, nadie se había percatado de su elegante pose, parecía haberme estado esperando ara enseñarme que soy otro aprendiz de la fotografía, muy cuidadosamente fui sacando mi cámara, que intencionalmente la había desconfigurado para comenzar por allí como tarea con la clase, fui como si nada pasara.
Parecía que mi tiempo volaba y para el zamuro, una eternidad, imperdonable, como se les ha estigmatizado, como los guardas de la muerte.
Entonces estaba lista la cámara, y comienzo a tomarle fotos muy disimuladamente con la intención de que las personas que estaban al rededor no se dieran cuenta, pero funcionó solo un rato, la gente se fue aglomerando y comenzaron a escucharse las opiniones y prejuicios; una señora decía: ¡quiten ese animal de ahí! (viéndome de manera osada o como si estuviese loco por captar ese momento con la cámara) para mi era simplemente un modelo, mes estaba dando una clase, un ejercicio. Un señor con su pequeña hija, dijo: Amigo ¿y eso? y yo le dije: aprovecho que no se ve todos los días, y responde: parece el diablo, yo me voy. Otros miraban despectivamente al animal y murmuraban cosas que han aprendido en las iglesias y quién sabe dónde mas.
Para mi era un simpático animal que debido al tiempo de lluvia, estaba nublado buscaba la forma de captar la brisa y los pocos rayos de sol que había y coincidió justo en el punto mas alto de la edificación dentro del museo que es una pequeña capilla y no era solo él, también estaban sus colegas carroñeros haciendo lo mismo mientras nos ignoraban completamente y mejor así que no les importaba porque con tantos comentarios, ellos libres en los cielos, nos vigilan a los que estamos abajo sabiendo que moriremos y nos comerán hasta los inútiles prejuicios y comentarios.