Como dije en mi presentación, soy profesora de inglés, y he tenido que atender durante un buen periodo de tiempo a niños, niñas y adolescentes con todo tipo de historias familiares y notar como cada una de estas historias inciden en la conducta y en las emociones de estos.
Este cuento que les dejo a continuación es solo una parte, un pensamiento, una anécdota de aquellos que crecieron entre magia, dolor y cosas que no entendieron, disfrútenlo.
MAMÁ, ¿QUE PASA CON EL CIELO?
Ya había sucedido varias veces que la veía feliz cada mañana mientras a poca distancia tomaba su café a la vez que realizaba actividades habituales en la casa. Eran juguetes por todos lados los que me llevaban a mágicos mundos y aventuras emocionantes, era la sala entera el cielo perfecto para volar mi avión y acabar con el enemigo, realizar construcciones, ferrovías, y mezclas de colores en grandes obras para mostrar.
Esa mañana éramos mamá, yo y aquel gran silencio que volcaba mi memoria a interrumpidas de aquellas mañanas con sofocantes llamadas, creo de un hombre por el que su nombre la hacía llorar en las noches, que aquel espacio sufrió una distorsión en la que la magia se va.
El silencio crecía así como yo y aunque el espacio se hacía más chico yo disfrute la distorsión y me puse a volar para ver si el motor en mi vuelo reventaba el silencio y volvíamos al feliz café pero grito de una manera en la que esta vez no entendía que paso.
-Tuve que haber hecho algo que la hiciera enfurecer, pensé.
-Ya no puedes seguir con esa actitud, dijo ella.
Corrí a mi cuarto donde pase el resto de la mañana buscando indicios que me diera el saldo y estatus de la magia pero hubo más gritos y encierros para entender que ya no era tan niño, que está creciendo y se acaba el momento de los juegos.