Es una historia increíble (por su realista belleza) que me recuerda, aunque parezca más increíble todavía, algunas cosas de Madrid, como compartir el nombre de un río, Manzanares, que en nuestro caso, conoció épocas mucho mejores que las que el destino le tenía reservado. Maravillosamente surrealista, es encontrarse en la playa con una seductora sirena leyendo, nada menos, que la obra de Federico García Lorca, 'Yerma'. Y el final de la historia, me recuerda, precisamente, una estatua dedicada a Lorca y situada en nuestro famoso Barrio de las Letras, con una leyenda, que siempre me ha parecido hermosa: 'vuela, paloma, vuela'. Un gran relato de un gran recuerdo, mi querido amigo. Un fuerte abrazo
Recuerdo una entrevista que le hizo Vargas llosa a Gabriel García Márquez""hacen falta palabras".
Lo leí en una época que trabaje
De librero.
Decía Márquez en otras palabras:
Yo sólo cuento la realidad latinoamericana, el realismo mágico lo inventa la gente.
Puede que tenga razón, ¿pero acaso la realidad, no es la más mágica de todas las vivencias?
Así es.
La realidad siempre me sorprende
Ya sabes lo que se suele decir, que en ocasiones, cualquier parecido con la ficción es pura realidad...