Rusia ya tenía fuerzas especiales desde el fin de la Segunda Guerra Mundial. Durante el conflicto, el Ejército Rojo operaba con destacamentos de fuerzas de tareas especiales tras las líneas enemigas. Estas fuerzas dependían del NKVD y funcionaban como unidades de sabotaje y desestabilización. Tras la muerte del líder soviético Iósif Stalin, las unidades se reorganizaron como parte del Ejército, a cargo del Ministerio de Interior (MVD).
La abreviación rusa SPETSNAZ2 (Spetsiálnogo Naznachéniya), a veces pronunciado "SPECNAZ", y OSNAZ (Osóbogo Naznachéniya), ambos que significan "propósito especial", son utilizados comúnmente para referirse a la variedad de fuerzas de operaciones especiales, o fuerzas regulares asignadas a tareas especiales. El término Spetsnaz después se utilizó para referirse a propósitos especiales y fuerzas de operaciones especiales.
El público soviético solía saber muy poco acerca de sus fuerzas especiales hasta que después de la glásnost, llevada a cabo por Mijaíl Gorbachov, muchos secretos del estado fueron revelados. Desde ese momento, historias acerca de los Spetsnaz y sus supuestas increíbles hazañas, algunas reales y otras altamente cuestionables, cautivaron la imaginación de los patriotas rusos, particularmente durante la perestroika y la era post-soviética. También un gran número de libros acerca de las fuerzas especiales de inteligencia soviéticas, tales como el libro de 1987 "Spetsnaz: La historia detrás del SAS soviético", publicado por el ex-agente Víktor Suvórov, ayudaron a introducir el término "Spetsnaz" en los países de Occidente.
Su entrenamiento
Para poder ingresar en este cuerpo de elite, los aspirantes deben superar uno de los procesos de selección más exigentes y duros del planeta. Como es característico de esta unidad, poco se sabe a ciencia cierta del sistema de selección del Spetsnaz, aunque es seguro que los soldados que pasan a formar parte del cuerpo reciben instrucción en asaltos a vehículos (trenes, autobuses, aviones, etc), acciones antiterroristas, combate urbano y combate cuerpo a cuerpo. Precisamente, en este último aspecto, los soldados del Spetsnaz son auténticos especialistas. Además, gran parte de las maniobras se realizan con explosivos y fuego real, lo que provoca que el Spetsnaz sea una de las fuerzas especiales con más alto índice de bajas en su proceso de selección.
Su duro entrenamiento y su exigente proceso de selección los convierten en uno de los cuerpos de fuerzas especiales más potentes del mundo.