No ha habido hombre más temido, polémico, controversial e importante en la historia del siglo XX que este hombre con gran bigote que vemos a continuación. Hablar de sus 27 años de gobierno, daría como resultado un artículo demasiado largo y complicado, pero me esforzaré por contarles lo más importante, de la historia del Benemérito Juan Vicente Gómez.
Luego de haber desplazado a su antecesor en 1908, Juan Vicente Gómez empieza un largo proceso de modernización y estructuración del estado venezolano, más arduo que el que alguna vez cualquier caudillo haya realizado. Por primera vez en la historia, ya no se trata de hombres desorganizados a caballo a favor de los intereses personales de un caudillo quienes velan por su poder. Gómez cambia esto desde la raíz al institucionalizar por fin, Las Fuerzas Armadas Nacionales y La Fuerza Área, fieles al caudillo andino. De esta forma, cualquier rebelión o insurgencia en contra de su gobierno, sería neutralizada de inmediato, puesto que la institución armada le debía a Gómez su organización y prestigio. Esto es algo que se cuenta poco en nuestra historia.
En la modernización física de Venezuela, Gómez adoptó el legado de Antonio Guzmán Blanco, en utilizar la influencia europea en la construcción de obras públicas de gran magnitud; algunas, para el disfrute de todos los venezolanos, algunas otras, exclusivas para los más adinerados cercanos al gomecismo. Caracas se ve erradicada de su restante toque rural, y pasa a convertirse en una metrópolis digna para la época de los primeros años de gobierno del dictador. Sin embargo, Caracas no sería el sitio favorito de Gómez en sus 27 años en el poder.
Maracay, estado Aragua. Es ahí el lugar predilecto de Gómez. Allí establece su residencia y administración presidencial. Convirtiéndola inclusive, en La Ciudad Jardín de Venezuela, gracias a sus bellos y exuberantes jardines. Gómez a pesar de ser un hombre con mucho dinero desde comienzos del siglo XX, y aún más cuando tomó la presidencia de la república, siempre fue un hombre de campo y hacienda; ajeno incluso a los más grandes lujos foráneos que estaban desembarcando en Venezuela.
La erradicación de los caudillos regionales, es inminente. No hay un sólo hombre para 1930, que le pueda hacer frente al Benemérito. Los partidos políticos están ilegalizados, al igual que la propaganda marxista en el país. En 1928, surgiría la famosa Generación del 28. Un grupo de jóvenes universitarios, quienes en la semana del estudiante universitario, planificaron huelgas y protestas en contra de la dictadura gomecista; por supuesto, todos estos pagaron con cárcel en La Rotunda. Dentro de esta generación del 28 destacan Rómulo Betancourt, Jovito Villalba, Raúl Leoni, entre otros.
A través de los años, y por las anécdotas contadas por los historiadores fieles al sentido objetivo de la historia, Gómez no fue el monstruo que se le presentó a los venezolanos. Era un hombre frió, calculador, cruel ciertamente, pero nunca un desalmado. Por palabras del Dr. Arturo Uslar Pietri en 1997, se dice que Gómez por su propia voluntad, mató a muy poca gente. Dato que no podemos asegurar para otros gobernantes que tuvo Venezuela.
A pesar de todo, Venezuela es casi un territorio baldío en este periodo. Un lugar imposible para que se dé la vida. Las empresas petroleras extranjeras se adueñan de casi todo el capital de la producción de petroleo, pues fue a Gómez quien le toco vivir y dirigir en sus comienzos, a la Venezuela petrolera que acababa de nacer. Se dice del Benemérito, que era un hombre muy fuerte y de carácter disciplinado con sus compatriotas, pero muy débil ante los intereses del extranjero. Como logro particular, logra restablecer la confianza en los aliados de Venezuela, cosa que Castro había destruido hasta un punto nefasto. Otro dato que poco se dice en nuestra historia respecto a Juan Vicente Gómez, fue el pago total de la deuda externa para con dichos países. Ni un sólo bolívar o dolar se le debía a ninguno país vecino o aliado.
En los últimos años de su vida, visita San Juan de los Morros, estado Guárico, lugar que le recuerda su carrera y ascenso militar, así como sus luchas contra los más importantes caudillos, y a su infancia en La Mulera. Los baños termales de la ciudad le sirven de bondades a su próstata, la cual para la década de los 30's estaba muy deteriorada.
Gómez fue un dictador, sí. En la época de Gómez hubo hambre y analfabetismo, sí. Entre 1908 y 1935 en Venezuela se vive una situación paupérrima que nadie, casi un siglo después, puede negar. Sin embargo fue gracias a este hombre, que Venezuela adoptó con los años el modelo de estado, una institución militar fuerte, y es de vital importancia para los venezolanos, revisar estos acontecimientos a fondo y conocer la verdad. Que sin Gómez, la Venezuela de hoy sería irreconocible.
Juan Vicente Gómez años antes de su muerte, toma una decisión sabia para con el país, al dejar como principal figura en las Fuerzas Armadas y al frente de su sucesión, al único hombre que no continuaría la dictadura gomecista, sino el que abriría las puertas a la democracia. Escogió al único hombre de ideas abriertas, de pensamiento liberal y democrático, que sabía que se mantendría al frente ante cualquier vicisitud. De haber sido su intención completamente opuesta, hubiera dejado a cualquiera de sus familiares en el poder; pero no lo hizo. Casualidades de la historia, Juan Vicente Gómez nació el 24 de julio de 1887, en La Mulera, estado Táchira, y moriría el 17 de diciembre de 1935 en Maracay, estado Aragua. Coincidiendo así perfectamente con las fechas de natalicio y defunción del libertador Simón Bolívar. El General Eleazar López Contreras tomaría su lugar, ese diciembre de 1935.
"Tronco de hombre. Hasta a la muerte le costó tumbarlo"
-Eustoquio Gómez, primo del Benemérito, en el momento de su muerte.